Agradeciendo la confianza de los suyos -en especial «de Emiliano García-Page»- por el nombramiento, la alcaldesa de Talavera comenzó su discurso apreciando el trabajo desarrollado por «mi amiga y antecesora, Mayte Fernández» y su intención de ser «la presidente de la Federación y no de ningún partido» porque «trabajaré pensando en el beneficio global y creando sinergias». No en vano, recordó, la entidad que ahora preside debe atender las distintas realidades conformadas en torno a 900 municipios y 42 entidades de ámbito menor repartidas por más de 80.000 kilómetros cuadrados.

Consciente de la «responsabilidad», Tita García se comprometió a «abordar de una vez por todas la reforma de la financiación de las haciendas locales» para lograr «una financiación más justa» para los municipios porque «la situación es asfixiante». Y lo es, destacó, «porque siendo la administración pública más saneada está obligada, por la aplicación de la odiada ‘Regla de Gasto’, a cerrar servicios públicos». De hecho, fue más explícita al señalar que va siendo hora de que «se levante el castigo que es la mayor hipoteca que pagamos los ayuntamientos y que sufren nuestros vecinos».

No olvidó mencionar la importancia de trabajar en torno a la realidad de la despoblación de las zonas rurales, «poniendo en marcha mecanismos que reviertan esta situación», de la defensa del agua y de la consecución de los objetivos de desarrollo de la Agenda 2030. Eso sin desmerecer la necesidad de acercar la Federación «a los municipios más pequeños». Porque aunque el camino es «difícil», el reto «que tenemos por delante es precioso».