No los han robado. Ningún desaprensivo los ha cogido. Ni los han sacrificado. La colonia de patos que desde hace años habitaba en la rotonda entre las calles Guadarrama y Boladiez, en el barrio del Polígono, ha sido trasladada por el Ayuntamiento de Toledo a otro entorno. Concretamente, la zona elegida ha sido a los pies del Tajo, en el Casco Histórico, en la zona del Barco de Pasaje en la que ya se cuenta con una numerosa comunidad de patos y gansos.

Los vecinos del Polígono ponían desde bien temprano el grito en el cielo ante la desaparición de los patos, pero desde el Consistorio aseguran que todo obedece a una decisión del Consejo de Medio Ambiente tras considerar que existía riesgo sanitario.

De este modo, en total se han retirado 29 crías y 21 ejemplares adultos de oca, que se han trasladado al paseo de la Incurnia, en la Senda Ecológica, quedando en la rotonda del Polígono 9 adultos 1 cría de oca, además de la colonia completa de patos.

Trasladan los patos de la rotonda del Polígono

Para llevar a cabo esta operación, el Ayuntamiento contrató los servicios de una empresa especializada, «adelantando los trabajos a este jueves por la noche, dado que el mismo lunes de esta semana se produjo el atropello de dos de estas aves», ha comentado la concejala de Obras y Servicios Medioambientales, Noelia de la Cruz, que ha insistido en que esta medida «la llevamos a cabo con el consenso de todos los integrantes del Consejo de Medio Ambiente y con la participación de una empresa especializada para garantizar el bienestar de los animales, la salud pública y la seguridad de las personas».

La bonita estampa de estos animales disfrutando de la fuente en el centro de la rotonda no ha estado exenta de polémica en los últimos años, siendo especialmente criticada por la asociación de vecinos ‘El Tajo’, que en 2014 pidió al Ayuntamiento controles de calidad de las aguas e informes de si las aves allí instaladas habían provocado algún accidente de tráfico.

En aquel momento, el Ayuntamiento, a través de la patrulla verde de la Policía Local, confirmó que el estado del agua de la fuente «era aceptable, aunque habría que cambiarla más a menudo» y que los animales no habían provocado accidente alguno. En aquellos años se cifró la colonia de animales en catorce gansos y dos patos; por lo que más bien habría que plantearse el cambio de denominación de la fuente.

La fuente carece de sistema de depuración, filtrado o decantación, con lo que las aguas, junto con los excrementos de los gansos, se ponían en recirculación al hacer funcionar la fuente. Esto suponía un riesgo sanitario, al existir la posibilidad de que surgiera un brote de legionella.

Además, el Ayuntamiento, a denuncias de la asociación de vecinos, ha considerado también el riesgo de atropello derivado de la imprudencia de algunos vecinos, que acceden a la zona de césped para alimentar a los gansos, con el agravante de hacerlo con niños pequeños.