El Consistorio busca soluciones ante la escasez de tumbas

F. J. R.
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Hay sepulturas garantizadas para un año, pero a medio plazo hay que plantear una reestructuración y, a largo, pensar en ampliar el camposanto de la capital

El Consistorio busca soluciones ante la escasez de tumbas - Foto: Yolanda Lancha

La pandemia de coronavirus ha elevado la mortalidad en la ciudad de Toledo pero, en contra de lo que se pueda pensar, ese incremento de fallecimientos no se ha traducido en una mayor demanda de tumbas.

La alerta sanitaria ha servido también para cambiar los tradicionales entierros y, sin posibilidad de celebrar pompas fúnebres por las limitaciones sociales, la opción de comprar sepulturas ha perdido enteros frente a la incineración, principalmente, y los nichos. Dos opciones mucho más económicas en estos tiempos de crisis.

Con todo, a pesar de que la venta de tumbas se ha mantenido en niveles similares a los de los últimos años, e incluso ha descendido, el cementerio de la capital ha visto como, poco a poco, se van consumiendo los espacios de su última ampliación.

Actualmente restan apenas dos cuadrículas con sepulturas libres en el camposanto toledano, lo que puede suponer una previsión de entre 15 y 20 ventas, que viene más o menos a ser la demanda habitual.

El Ayuntamiento de Toledo es consciente de la situación, y ya ha comenzado a estudiar qué hacer de aquí a un corto espacio de tiempo.

Con tumbas suficientes para un año, el objetivo se marca a medio plazo, estando encima de la mesa la posibilidad de una reestructuración de las zonas más antiguas del cementerio.

Se estima que puede haber entre 200 y 300 tumbas abandonadas, con una antigüedad de más de cien años, que pueden ser retiradas y reutilizadas; y además está la posibilidad de sacar espacio para nuevos enterramientos en algunos de los pasillos del cementerio.

 Esas opciones habría que comenzar a planificarlas antes de que concluya la actual legislatura, por lo que a dos años vista sería conveniente pensar en una ampliación del camposanto, que ya estaba contemplada en el Plan de Ordenación Municipal de 2007. El problema es que ese POM quedó anulado en los tribunales, y la actual norma urbanística de la ciudad, del año 1986, no contempla la posibilidad de expandir la instalación.

La ampliación que se contemplaba en el POM de 2007 afectaba a los terrenos que lindan con el actual camposanto, al lado del Punto Limpio. Se trata de una zona que aparecía como sector urbanizable y que es conocido como ‘Carrasco-Dehesa de Buenavista’. Discurre en paralelo al cementerio y la autovía A-42, y tiene una superficie de unas 25 hectáreas -algo más del doble del tamaño actual del camposanto-, con un coste de urbanización estimado en su día en 7,5 millones de euros.

La última gran reestructuración y ampliación del cementerio de la ciudad se produjo en el año 2008, siendo alcalde el actual presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. En aquella ocasión se destinaron más de tres millones de euros para habilitar 8.156 metros cuadrados de cementerio, hasta conectar con la zona de supermercados de la Plaza de Grecia. En total, se construyeron en aquella ampliación 430 sepulturas y 612 nichos.

El pasado mes de abril, la actual alcaldesa, Milagros Tolón, anunció el acondicionamiento y mejora del cementerio Municipal del Paseo de San Eugenio con dos partidas económicas que suman cerca de 100.000 euros. El dinero salía a cuenta del fondo de recuperación de la ciudad, valorado en 9,5 millones de euros fruto de remanentes des de tesorería (3 millones) y de un préstamo bancario (6,5 millones).