Alas ocho menos cuarto a la salida de Santas Justa y Rufina solo había cuatro policías locales. Llovía y uno auguraba que parecía que luego iba a llover más. Sin embargo, dentro del templo terminaba la misa de la festividad de la la Festividad de los Dolores de la Santísima Virgen y el consiliario de la Hermandad de las Angustias, el sacerdote Francisco Javier Salazar, aseguraba por los pasillos: «Sí salimos, se va a pasar la tormenta».
Había ganas de que saliera en procesión Nuestra Señora de las Angustias.Y es que durante dos ‘viernes santos’ ha tenido que quedarse a resguardo por la lluvia. Hoy también amenazaba agua e incluso había alerta naranja.
Pero la DANA respetó a la Venerable, Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Madre María Inmaculada en su Mayor Angustia y Piedad y Cristo Rey en su entrada triunfal en Jerusalén. Procesionaron para conmemorar el treinta aniversario de su refundación.
El rostro de la Virgen es de 2009, el cristo es del XVII. - Foto: Yolanda RedondoA las 20:00 se ordenó poner la rampa y cuatro minutos más tarde se abrieron las puertas y los músicos de la banda de Argés que se presentaron con paraguas, los dejaron dentro de la parroquia.
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Nuestra Señora de las Angustias salió con su manto granate y sus claveles blancos portada a hombros (en Semana Santa esta hermandad ya procesionó así la ‘borriquita’). Para salvar la puerta tienen que bajar la cruz y los costaleros teben agacharse por turnos (ahora los de delante, ahora los de detrás). Y con todo la corona pasa justa. El Himno de España recibió a las Angustias en la calle a las 20:20. En otoño sí se ha podido.