Toledo registró el 2% de las muertes por violencia machista

MG
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El estudio recién publicado del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género refleja cuatro mujeres fallecidas de la provincia de Toledo entre 2016 y 2018. Los casos de Mora y de Seseña tuvieron una importante transcendencia en el año 2017.

Toledo registró el 2% de las muertes por violencia machista - Foto: Victor Ballesteros Redactor grafico La Tribuna

Tres años muy negros, aunque no han sido los únicos. El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género acaba de publicar un estudio sobre las víctimas mortales en los años 2016, 2017 y 2018, un análisis que se ha retrasado bastante porque ha sido necesario esperar a la firmeza de las resoluciones judiciales. En este trienio se produjeron 151 muertes por violencia de género en España, cuatro de ellas en la provincia de Toledo, es decir, un 2,64% de los asesinatos.

El estudio arroja que se trata también de la provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de víctimas mortales, seguida de Guadalajara y de Ciudad Real, ambas con dos muertes durante ese trienio. Si bien, en Albacete y Cuenca no figura ninguna muerte por violencia de género, como ocurrió en trece provincias más. La estadística apunta un ratio de 0,58 muertes por cada 100.000 habitantes. La lista se ha ido engrosando desde entonces en el ámbito nacional y ya se ha superado el millar de víctimas mortales desde 2003, primer año contabilizado.

Uno de los cuatro asesinatos de Toledo se produjo en Seseña. Un guardia civil de 31 años acabó con la vida de Laura a tiros. Era su pareja y tenía 26 años. A continuación, él se suicidó. Este crimen, ocurrido en febrero de 2017, fue uno más de la larga lista y no constaba que ella estuviera sufriendo violencia de género porque no denunció en ningún momento su situación. El estudio permite afirmar que el 80%de las víctimas no acudieron a los tribunales, con lo que el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género subraya la importancia «de concienciar» a las mujeres y a la sociedad en general «de la necesidad de denunciar».

Si bien, la conducta de la víctima de no sacar a la luz su problema viene motivada por el miedo a posibles represalias. En este caso, desde el Observatorio se insiste en que la denuncia es el único camino para abrir «la puerta a la esperanza, que la víctima pueda salir de su situación de maltrato» y para que las administraciones activen los mecanismos relacionados con la protección y con las distintas ayudas disponibles.

Los casos de Toledo también encajan con la lectura del estudio, ya que se produjeron en poblaciones pequeñas. Está comprobado que el 70% de estos asesinatos se llevan a cabo en pueblos o municipios «de menos de 100.000 habitantes».

vulnerabilidad. Desde el Observatorio se llama la atención sobre distintos factores que hacen más vulnerables a las mujeres maltratadas. La maternidad es uno de ellos, ya que el 75% de las mujeres asesinadas entre 2016 y 2018 tenían hijos. Si bien, hay otros factores, como la pobreza, la dependencia económica, o «dependencia por discapacidad o embarazo». En este caso, Cristina, la mujer asesinada en Mora en 2017 por su marido, estaba en silla de ruedas y ni siquiera pudo defenderse de las puñaladas. El asesino la mató delante de su madre y de su sobrino pequeño, pero en aquel momento la hija de cinco años se encontraba con unos familiares.

En un 64,9% de los casos la víctima convivía con su agresor. Además, en el 45,7%de los mismos  había existido o se mantenía un vínculo matrimonial. Respecto a la nacionalidad, también se registró en este trienio un 64,2% de feminicidios de mujeres españolas, un porcentaje prácticamente idéntico al del trienio anterior.

Sin embargo, el Observatorio también subraya la cantidad de crímenes cometidos en España con víctimas extranjeras. Desde 2015 se mantiene ese 34,1% de fallecidas de otras nacionalidades, sobre todo, de la Unión Europea y de América Latina. No obstante, la procedencia se modifica cuando se analizan los diez últimos años, ya que la mayoría de las mujeres extranjeras asesinadas -21 en total- eran de Marruecos.

Si se analiza el lugar de la muerte, el estudio apunta que más del 80% de los crímenes se perpetraron en el domicilio común o de la  víctima. En cuanto al arma, prácticamente la mitad de los asesinatos se cometieron con arma blanca. El arma de fuego se utilizó únicamente en el 13% de los casos. El resto  de las víctimas perdieron la vida por golpes o murieron estranguladas.

Resulta complicado definir una pauta que permita destacar los meses en los que más crímenes se cometen, pero el Observatorio se ha dado cuenta estudiando los últimos años que julio es el mes que encabeza esta lista en este último trienio.  

Los menores. Muchos colectivos están poniendo en marcha distintas iniciativas para dar visibilidad a los menores víctimas de violencia de género y concienciar sobre la importancia de la prevención y la protección en estos casos. Todavía se detectan lagunas en el ámbito jurídico por la lentitud de los tribunales y se pide más apoyo de las administraciones.

En el Observatorio ocupan un lugar  destacado y forman parte de este estudio, que apunta que 102 menores se quedaron «en situación de orfandad por el asesinato de sus madres» durante el trienio 2016-2018. Además, la estadística destaca que el 43% de las mujeres fallecidas tenía hijos o hijas menores con el agresor o fruto de relaciones anteriores.

La presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona, también ha puesto de manifiesto tras la publicación de la estadística de violencia de género del segundo trimestre del año el aumento de menores enjuiciados por maltratar a sus parejas o exparejas, otra problemática sobre la que se pone el acento desde hace tiempo que continúa preocupando. El consejo parte de que los menores denuncien lo antes posible para intentar resolver el problema con agilidad. Desde los colectivos que trabajan con adolescentes se alerta sobre el ciberabuso que puede producirse con las nuevas tecnologías.