"Alcanzaremos los niveles previos al Covid a final de 2022"

Javier D. Bazaga
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Enrique Marazuela es director de Inversiones de Banca Privada de BBVA España

Enrique Marazuela es director de Inversiones de Banca Privada de BBVA España

Desde BBVA aseguran que la crisis económica generada por la pandemia es muy grave, pero no será crónica. El uso del fondo europeo de recuperación y las reformas estructurales de nuestro sistema económico podrían acelerar esa recuperación.

A principios de año nos avanzaba que la desaceleración había tocado suelo y se esperaba una estabilización en el crecimiento. ¿Qué perspectivas tenemos ahora?

Esto no es como la gran crisis financiera de 2007 y 2008, que era un problema endógeno del sistema, con muchos créditos, mucha insolvencia y excesos en el sector inmobiliario. Esto ha sido un factor exógeno, una pandemia de unas dimensiones que no conocíamos desde hacía un siglo con la mal llamada ‘gripe española’, y que nos ha exigido medidas extremas como la de un confinamiento que tiene consecuencias económicas muy grandes. 

Pero a partir de ahí somos optimistas. La crisis es muy grave, será muy intensa, pero será temporal. No será crónica y alcanzaremos los niveles previos al Covid-19 a finales del año 2022 en el mundo desarrollado. A nivel global las cifras se podrían anticipar antes porque la recuperación de Asia está siendo muy potente.

En BBVA hablan de recuperación «asimétrica e incompleta». ¿Podemos ser optimistas?

Es asimétrica porque no afecta por igual a todos los sectores. Aquellos basados en la proximidad social se sienten muy resentidos, pero aquellos que pueden prestar servicios gracias a la tecnología se verán menos afectados. Los sectores de agroalimentación no se han visto tan afectados, de hecho los supermercados han aumentado sus ventas, mientras que los restaurantes han caído. Hay mucha asimetría entre sectores. Y en cuanto a que será incompleta, la caída ha sido tan profunda que necesitamos tiempo para recuperarnos. Incluso aunque tuviéramos la vacuna encima de la mesa, la recuperación tardaría porque se ha destruido mucho tejido productivo.

Evitar un nuevo confinamiento será clave para los mercados y para esa confianza.

Sí, pero estamos convencidos de que no se tomará una medida tan drástica. Hemos aprendido bastante en conocimiento. Ya tenemos conciencia de que esto es algo grave. En segundo lugar se ha tomado conciencia de que es altamente contagioso. Pero hay medidas que permiten la prevención como la higiene, mascarillas y distanciamiento social, pero eso es más liviano que un confinamiento. Tendremos más brotes, pero serán controlados y podremos establecer la traza de los contagios. Hemos avanzado en conocimiento y un confinamiento masivo y generalizado no creo que lo volvamos a ver porque no va a ser necesario.

¿Qué nos ha enseñado esta crisis sobre las debilidades de nuestro sistema económico y financiero?

El mundo perfecto no existe, eso es una utopía. Pero en este momento tenemos mucho más equilibrio del que teníamos a principios de 2007. Claro que tenemos desequilibrios y claro que tenemos problemas, pero no se han puesto encima de la mesa debilidades que no conociéramos.

¿Y cuáles son?

En el marco laboral, la reforma laboral permitió generar empleo a partir de niveles más bajos del PIB, cuando antes era necesario crecer en torno al 2 por ciento para generar empleo, y ahora no. Antes, por cada punto de pérdida de PIB suponía un punto de pérdida de empleo, y hemos reducido esa relación a una quinta parte, por lo que vemos un aprendizaje.

En cuanto al déficit público, este año nos vamos a ir a un déficit superior al 10 por ciento y a una caída de PIB también superior al 10 por ciento. A partir de ahí lo que tenemos que hacer es prever cierto margen de maniobra.

En cuanto al aspecto impositivo tenemos que ir adecuándolo poco a poco para permitir hacer más competitiva la economía española, que es posible. No pedimos ningún salto al vacío.

¿De qué manera puede ayudar a la recuperación económica el fondo de recuperación europeo?

Lo valoramos muy positivamente, es un paso importantísimo hacia la Unión Europea con ayudas que se financian con su propio presupuesto. Es un hito a nivel político y a nivel económico. Muestra que estamos más unidos, y para España 140.000 millones de euros es una cantidad muy importante. Son proyectos y no entregas directas, por lo que permite la modernización de la economía española, y la digitalización será muy urgente. También proyectos muy vinculados a la sostenibilidad. 

Y la condicionalidad que se exige no es negativa, va enfocada a conseguir una racionalidad de la actuación económica de los poderes públicos.

En esta crisis, tanto las autoridades económicas como las fiscales y monetarias han actuado de una manera contundente y temprana, y eso es bueno.

¿Incluida España?

Si, también. 

¿España ha tomado las medidas necesarias para paliar los efectos de esta pandemia?

El margen de maniobra no era muy amplio, pero lo bueno que ha hecho España es actuar para apalancarse en la ayuda europea para recuperarnos.

¿La creciente tensión entre EEUU y China puede hacer que Europa pierda pie en esa recuperación?

No es positiva la tensión entre ambos países. Por un lado fomenta actitudes proteccionistas y reduce el comercio global, por lo que no nos parece una buena noticia. De todos modos creo que están condenados a entenderse.

¿Cuáles serían los desafíos y las recomendaciones ante este nuevo panorama para las empresas?

Tenemos una revolución digital que va a ser disruptiva; tenemos que hacer los negocios sostenibles, no solo climáticamente sino con el entorno y la gobernanza; y una tercera línea que es tomar las decisiones económicas más eficientes.