«Las mujeres no son espectadoras de la historia»

I.G.Villota
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El doctor y profesor Eduardo Juárez reflexiona sobre el papel fundamental de las mujeres en el poder político en todo el proceso histórico y sobre su relación con Toledo y reivindica su normalización

Eduardo Juárez es profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Fundación Ortega Marañón de Toledo. - Foto: Víctor Ballesteros

«¡Qué feminista me estoy poniendo!». Con estas palabras bromeaba Eduardo Juárez, doctor en Geografía e Historia y profesor universitario, durante una conversación con La Tribuna, previa a la conferencia ‘¿Reina la reina? Reinas e infantas en el pasado toledano’ ofrecida la tarde de ayer en la Biblioteca de Castilla-La Mancha dentro de las charlas promovidas por la Fundación Ortega Marañón de Toledo. María de Molina, doña Urraca, Blanca de Borbón o Catalina de Lancaster fueron algunas de las protagonistas de la cita que puso el foco en mujeres imprescindibles, entre las que no podían faltar doña Juana, Juana I de Castilla, e Isabel la Católica, las más conocidas por el público general.

‘¿Reina la reina?’ se convirtió en una reflexión sobre «el papel fundamental y continuado de las mujeres en el poder político en tiempos lejanos» y sobre su relación con Toledo que sirvió también para reivindicar la normalización de sus figuras.

«En este país siempre ha habido mujeres asociadas a la Historia», afirmó, enfatizando en que «la Historia no tiene ningún problema con las mujeres, sino que son los historiadores quienes tienen problemas con el posicionamiento de la mujer y el papel que cumple en el proceso histórico».

En su conferencia sostuvo que «las reinas en España han sido básicas para el desarrollo del proceso político», subrayando que «las mujeres no son espectadoras, de hecho son líderes», para lo que puso ejemplos de algunas de ellas, muy singulares, entre el año 600 y el 1550. «Hay que asumir que en un momento histórico todos los implicados tienen un papel importante y evidentemente tiene que aparecer la mujer», dijo.

Habló de la reina visigoda que remodeló todo el interior del pretorio romano para convertirlo en Alcázar, de la primera alojada en el Alcázar de Toledo, no en el actual, de la Reina María de Molina, de Isabel la Católica, de doña Juana, de doña Urraca, de Blanca de Borbón, presa en el Alcázar, «algo que casi nadie sabe», así como de todas las enterradas en la ciudad, donde está el panteón real de la dinastía Trastámara, apuntó.

«La reina doña Juana es una de mis favoritas por la usurpación que sufrió del trono por ese par de ‘desgraciados’ que estaban con ella, que eran su padre y el miserable de su marido», dijo, para evidenciar lo «apasionante» que fue María de Molina. «Fue reina tres veces, fue regente de su hijo y de su nieto. ¡Habrá que conocer a esta mujer y no solo por la calle enorme que tiene en Madrid, digo yo!».

Explicó que su interés por esta temática nace al estudiar la vida de la reina Isabel II. «El papel de normalización pasa por los docentes porque nosotros educamos estudiantes», dijo, convencido de que «ellos después investigarán el papel de la mujer no como una respuesta a una ideología política sino como una normalidad justa y necesaria».

Las próximas citas. La Fundación Ortega Marañón tiene previstas dos conferencias más en la Biblioteca regional, en concreto ‘De Romanos y Libros. La creación del libro en la Roma Clásica’ a cargo de la profesora Araceli Fernández el 10 de marzo y ‘Toledo en la fantasmagoría galdosiana. Literatura y cine’ que impartirá el profesor Fernando Rodríguez el 30 de marzo. Se suman a las promovidas desde el pasado junio por la institución.