La salida siempre pasa por la ayuda

I.G.Villota
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El Teléfono de la Esperanza incide en la prevención para evitar el suicidio. 'Yo también soy vulnerable' es el lema elegido para evidenciar que todos podemos necesitar ayuda. Han atendido 114 llamadas de tipo suicida entre enero y agosto

La salida siempre pasa por la ayuda - Foto: ï»Óscar Huertas Fraile

El próximo martes, 10 de septiembre, se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Todos nos enfrentamos a diario a situaciones que nos afectan, desde un atasco, el diagnóstico de una enfermedad, una ruptura, un fracaso laboral o una situación familiar complicada. Todos tenemos en común que necesitamos a alguien que nos escuche, de una manera activa. Y todos podemos vernos, en un momento dado, desbordados, llegando al límite. Podemos necesitar ayuda. Este es el mensaje que pretende lanzar el Teléfono de la Esperanza, motivo por el que ha elegido el lema ‘Yo también soy vulnerable’ para conmemorar esta fecha.

La ONG, fundada en 1971 en Sevilla, ha atendido en Toledo un total de 114 llamadas de temática suicida de enero a agosto frente a las 103 registradas durante todo 2018. Un incremento que forma parte de una tendencia, toda vez que en 2010 solo recibieron una llamada de este tipo, que fue incrementándose poco a poco cada año hasta un total de 33 en 2016, 54 en 2017, 103 en 2018 y 114 en lo que va de 2019.

Miguel Ángel Rojas, voluntario del Teléfono de la Esperanza en la capital regional, incide en que «es una realidad que todas las personas, necesiten ayuda o no en general, puede tener algún momento de crisis y necesarla en algún momento. Sería fundamentasl acabar con el estigma y el tabú oculto que hay sobre la salud mental», subraya.

«El suicidio o las ideas suicidas son una realidad existente», continúa, haciendo referencia a los datos. En Castilla-La Mancha hubo que lamentar 157 suicidios en 2017, el último año del que hay estadísticas oficiales, 61 en la provincia de Toledo.

Las cifras son elocuentes, indica, al multiplicar «casi por tres las muertes por accidentes de tráfico y por 80 los asesinatos por violencia de género». «Además hay suicidios que no contabilizan dado que en ocasiones se consideran accidentes, por ejemplo algunos de tráfico», sentencia. Por eso, desde el Teléfono de la Esperanza creen que es esencial dedicar atención y recursos a esta temática.

Sobre las 114 llamadas atendidas de tipo suicida en lo que va de año, Miguel Ángel Rojas concreta que incluyen las de personas con ideas suicidas (94), que no hablan directamente del tema pero sí deslizan su idea, personas en crisis de suicidio (15) y llamadas de personas con suicidio en curso (5 entre enero y agosto). Suelen utilizar este recurso más las mujeres, aunque «lo llevan a cabo más hombres», indica este voluntario.

El número de menores que se suicidan ha aumentado respecto a años anteriores, pero este grupo de edad representa en torno al 6 por ciento de los fallecimientos por esta causa.

Rojas indica que es fundamental la prevención y la atención a la salud emocional. «Dos personas pueden vivir una misma situación crítica, y una opta por el suicidio y otra sale fortalecida. Por eso es importante el trabajo emocional», indica.

«La persona que se suicida no quiere morir, quiere dejar de sufrir», continúa, motivo por el que «es fundamental tener una base emocional adecuada para salir de la crisis y ayudar a esa persona a encontrar una solución».

El Teléfono de la Esperanza tiene sus instalaciones en Toledo en los chalés de la Escuela de Gimnasia y cuenta con una veintena de voluntarios. Atienden todos los días del año durante las 24 horas en el teléfono 925239525.

La entidad también ofrece talleres y cursos de autoestima, crecimiento personal y para afrontar situaciones difíciles como separaciones afectivas y duelos.

La ONG también puso en marcha el año pasado un taller específico para supervivientes, familiares o amigos de personas que se han suicidado, y que es fundamental que reciban ayuda para afrontar esta dura situación, indica Rojas.

La mayoría de los voluntarios del Teléfono de la Esperanza, explica, «son personas que han hecho los cursos y que han visto sus beneficios, lo que les sirve de moticaión para ayudar a otros».

Para llegar a ser voluntario hay que realizar dos cursos de formación con el objetivo de «tener el equilibrio suficiente para poder ayudar a otra persona, si no sería contraproducente». Después continúa la formación con técnicas y, posteriormente, hay un periodo de prácticas con veteranos de la entidad. En total hay entre uno y dos años formativos, concluye.

Visibilizar. Concienciar. Sensibilizar. Son los principales motivos por los que el Teléfono de la Esperanza organiza un acto para conmemorar el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que tiene lugar cada 10 de septiembre. Este año la entidad ha promovido una carrera solidaria en la pista de atletismo de la Escuela de Gimnasia, entre las 19,00 y las 20,00 horas el mismo día 10 con el objetivo de favorecer la prevención.

El Teléfono de la Esperanza siempre conmemora esta jornada con el encendido en Zocodover de tantas velas como suicidios ha habido en el año.

La ONG participa este mes en un curso universitario sobre prevención de suicidio los días 18 y 19 de septiembre, organizado en el Campus de la Fábrica de Armas. Está dirigido por la psicóloga clínica Beatriz Vallejo, del equipo de Salud Mental del Sescam, y  Jorge Javier Ricarte, del departamento de Psicología de la UCLM.