Ni la pandemia del Covid ha logrado poner freno a los numerosos proyectos en los que se encuentra inmerso Aitor Saraiba. El artista talaverano sigue dando forma a sus ideas en diferentes iniciativas, todas relacionadas con la cultura y el arte, donde deja su más que característica impronta.

La última aventura del polifacético artista se encuentra ya entre los muros del Centro Conde Duque de Madrid, donde hasta el 4 de abril se disfruta de la exposición ‘ARCO. Recorridos Fotográficos’, una de las grandes actividades conmemorativas del 40 aniversario de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, que este año por la pandemia no podrá celebrarse.

En ella, se ofrece una particular mirada a más de dos décadas de arte en España a través de la visión de un grupo de creadores sobre la feria ARCO. Los ‘Recorridos fotográficos’ se iniciaron en 1988 por iniciativa de la Asociación Amigos de ARCO, con motivo del 150 aniversario de la invención de la fotografía. La creación de una colección internacional fotográfica, inspirada en ARCO, tuvo por objetivo apoyar el desarrollo de este nuevo medio de creación y promover su integración en el contexto del mercado artístico contemporáneo, y se planteó, además, como el instrumento idóneo para documentar la Feria, siendo hoy el más vivo testimonio gráfico de lo que ha sido este acontecimiento hasta 2010.

Con ello, cada año varios artistas eran invitados para, cámara en mano, ofrecer su personal visión de la Feria. Saraiba fue invitado en 2009 por el ahora comisario de la muestra, Rafael Doctor, y cuatro de sus imágenes cuelgan de las salas de Conde Duque.

Cada artista aportaba su particular interpretación de ARCO, unos se centraban en los coleccionistas, otros retrataban directamente las obras desde diversos encuadres... y Saraiba mediante la imagen de amigos, todos relacionados con este mundo, que posaron delante de las obras y del objetivo del talaverano.

El primero es el artista cántabro Manu Arregui; Topacio Fresh aparece en la segunda recién inaugurada su sala La Fresh Gallery; el mexicano Pablo de la Barra, actualmente uno de los grandes representantes de los curadores de Latinoamérica; y su amigo Richar, que estaba en ARCO, ocupan la tercera y cuarta. «Todas las fotografías eran de mis amigos, que han sido y son importantes exponentes del arte, quizá ahora un poco más que en 2009».

Las fotografías componen una serie de imágenes en blanco y negro e intervenidas después por Saraiba con dibujos en color rosa. «No solo era retratar lo que veías sino dejar una huella de tu obra».

Cabe destacar que las fotografías que ahora se exponen de forma gratuita en Madrid, han viajado en los últimos años por diferentes espacios culturales del Instituto Cervantes alrededor del mundo.

Gracias a esta muestra, «una generación podrá ver qué y cómo era ARCOa través de los ojos de un artista», explica Saraiba, quien completa la muestra junto a un importante listado de autores, como Alberto García-Alix o Cristina García Rodero, entre otros. «Para mí es un honor ser uno de ellos», explica.

En esta exposición no solo se recoge la visión rica y diversa que cada artista le dio a ARCO, sino también el cambio sufrido por la muestra, su lógica evolución, y la importancia de la imagen en una época donde lo digital era aún algo lejano. Tanto es así, que las fotografías de Aitor Saraiba se realizaron con cámara analógica, con carrete y posterior revelado.