El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) será más barato el próximo año a pesar de que buena parte de la ciudadanía lo note poco en sus recibos, ya que se calcula que la rebaja que quiere aplicar el equipo de Gobierno oscilará entre dos y treinta euros aproximadamente en función de los metros cuadrados de las propiedades. El IBI, el impuesto del que más recauda el Ayuntamiento, bajará por primera vez en mucho  tiempo, ya que irá ligado a la bajada de medio punto del IPC del mes de agosto, una medida más, según la concejala de Hacienda, Mar Álvarez, que califica de «histórica», junto a la suspensión de la tasa de apertura de establecimientos, de empresas y negocios que también entrará en vigor el próximo año.

Además, se plantea una simplificación en la tramitación y la flexibilización de los plazos de pago y queda reducida la cantidad a fraccionar desde los 240 a 10 euros. También está previsto ampliar el plazo, de ocho a 24 meses, para el abono de deudas de más de 6.000 euros. El proyecto de ordenanzas fiscales, que se elevará esta semana a la Junta de Gobierno Local, simplificará el fraccionamiento excepcional para importantes cuantías, con lo que se dispondrá de 48 meses en lugar de los 36 meses de plazo actual.

El resto de impuestos y tasas mantendrán los precios «congelados». La única novedad es que se producirán «ajustes menores» en las tasas de la Escuela de Idiomas ante la posibilidad de retomar la enseñanza on line. El cambio seguirá los pasos que ya se tomaron para la Escuela de Música.

recaudación La responsable de Hacienda destaca el compromiso y el esfuerzo del equipo de Gobierno municipal para ayudar en esta crisis económica derivada del covid a pesar de sus pocas competencias. «La alcaldesa es la primera interesada desde el Ayuntamiento en facilitar a todos los ciudadanos este tránsito de la pandemia, principalmente desde punto de vista social y empresarial, que son los ámbitos más afectados e intentar que los ciudadanos sufran lo menos posible».

Respecto a las arcas municipales, se calcula que esta rebaja del IBI y la suspensión de las tasas de apertura de establecimientos resentirán las cuentas porque el Ayuntamiento dejará de percibir alrededor de un millón de euros el próximo año.

En este sentido, Álvarez apunta que este descuadre en el presupuesto municipal del próximo año se compensará «con el superávit» gracias al buen comportamiento de una administración que tiene sus cuentas saneadas.

Por otro lado, el equipo de Gobierno municipal continúa empeñado en cancelar toda la deuda lo antes posible y espera dejarla en mínimos de cara al próximo año. «Queremos cancelar los préstamos, que siempre son un lastre». Por tanto, Hacienda sigue adelante con sus planes a pesar de que el Gobierno central acaba de incluir en un nuevo decreto la suspensión de la regla de gasto, incluida en la Ley de Estabilidad presupuestaria de 2012, con lo que los ayuntamientos, con lo que se posibilita el uso del superávit al margen de la amortización de deuda.

De momento, Álvarez lo tiene claro: «Lo que nos podamos quitar de deuda este año mejor porque así el Ayuntamiento de Toledo será más libre».