Toledo como un imán de belleza

F. J. R.
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Eduardo Sánchez Butragueño estrena su quinto volumen de fotografía histórica 'Toledo Olvidado' en el que sigue apostado por la alta resolución de imágenes desconocidas mientras evoca la nostalgia para afrontar el futuro con ilusión

Eduardo Sánchez Butragueño.

Mientras algo esté fotografiado no termina de desaparecer del todo. Y es por eso que lo olvidado siempre puede ser rescatado. Así al menos entiende la fotografía histórica el investigador y académico toledano Eduardo Sánchez Butragueño, director además de la Real Fundación Toledo, que este pasado sábado presentó en San Marcos la quinta entrega de su serie de libros.

Cuatro años después de su último trabajo impreso, 'Toledo Olvidado 5' ha visto la luz con una gran novedad respecto a sus otros hermanos. Se trata de la inclusión del color en las dos imágenes que ilustran portada y contraportada, dos visiones del Casco desde dos enclaves paralelos (la zona del puente de San Martín y la ronda del Valle frente al Alcázar), del tal forma que el contenido del propio ejemplar sería el propio Casco Histórico de Toledo.

La portada recoge una imagen del sueco Åke Åstrand, que en octubre de 2019 donó al Archivo Municipal un álbum de fotografías de la ciudad que realizó en noviembre de 1962. En ella se puede ver a un grupo de chicos jugando a las canicas pasado el puente de San Martín, «una deliciosa estampa» afirma Butragueño, en la que se puede ver juegos sin pantallas ni móviles. Nostalgia y potencia visual a partes casi iguales que nos permite recordar, en tiempos de pandemia, «que otra vida es posible».

«La nostalgia es ahora más necesaria que nunca», señala el autor de Toledo Olvidado, añadiendo que con este trabajo «quería dar un puntito de color, de alegría».

Además, este trabajo que reúne más de 320 fotografías, de nuevo presentadas por series en orden cronológico, cuenta el valor añadido de «muchas historias bonitas de gente que he identificado».

Así, la instantánea de 1955 de Sem Presser, uno de los fotógrafos de prensa de posguerra más talentosos y conocidos de Europa, a una pareja en la calle Comercio con un carrito con dos bebés desveló en noviembre de 2020 que esos niños eran los hermanos Modrego Navarro. Se trata de una de las imágenes favoritas del autor en este libro, por su calidad estética y por su historia personal, pero este quinto volumen de Toledo Olvidado contiene otras muchas curiosidades.

También destaca el propio Butragueño una fotografía desconocida que adquirió en subasta por el pírrico precio de seis euros. Tomada en formato estereoscópico, en ella se ve a la perfección la trasera desde el río de la capilla de la Beata Mariana de Jesús, que estaba anexa a la actual entrada a San Juan de los Reyes y que fue derribada en 1864. Es la única imagen de este tipo que se conserva, o que ha sido descubierta hasta la fecha. Quizás en prontas fechas se cuente con un nuevo volumen para descubrir más tesoros perdidos de un Toledo congelado.

 

 

«La nostalgia no tiene que llevar a la idealización»

1.¿Qué Toledo le gusta más, el que se ve en la fotografía histórica o el actual?

La nostalgia no tiene que llevar a la idealización. Eran tiempos muy duros. Si me preguntas si estoy contento de haber nacido en esta época para vivir antes que en cualquiera de las anteriores te diría que sí. Tal vez hay detalles, como volver a disfrutar de un río limpio, pero los toledanos de antaño tenían una vida difícil. En líneas generales, me quedo con el Toledo actual.

2.En los últimos años de su trabajo, ¿dónde encuentra imágenes más interesantes e inéditas, en los archivos oficiales o en las colecciones personales?

Una vez que la labor de rastreo de 'lo previsible' ha terminado, lo que es recorrer a los grandes autores, las grandes sorpresas ya están viniendo por la vía de lo inesperado. Y eso son las colecciones privadas y particulares. Descubrimientos de serendipia, encontrar una cosa cuando estás buscando otra muy distinta. También estoy encontrando fotos mal identificadas. Fotos que se dice por ejemplo que son de Ávila o Segovia y en realidad son claramente Toledo. Y alucinas.

3.¿Cómo ve el panorama de la fotografía histórica en España?

Con la noticia de la creación del Centro Nacional de Fotografía, en Soria, tenemos la esperanza de que se empiece a reivindicar mucho más. Una iniciativa así a nivel estatal me parece muy buena para que la fotografía sea considerada lo que es: un auténtico arte. Con muchas utilidades, no solo la estética, sino también la documental y, cómo no, la motivadora. ¿Qué sería de nuestras vidas sin la fotografía?

4.¿La Cultura está siendo el motor de la recuperación de Toledo?

Sí. A Toledo viene la gente de forma masiva porque hemos sido capaces  como ciudad de mantener un volumen tremendo de edificios. Eso ha requerido mucho esfuerzo de mucha gente durante siglos. Esa lucha se ha tornado en inversiones que estamos rentabilizando ahora. Aunque hay que gestionar todo eso bien para que el turismo no sea un problema para el residente.