"En 3 años la interinidad debería estar por debajo del 8%"

C.S.Rubio
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Luis Manuel Monforte, se estrena como secretario general de la UGT en esta entrevista: «La dirección de UGT en Castilla-La Mancha es un órgano renovado, joven, sin mochilas, y con muchas ganas de trabajar por la región»

"En 3 años la interinidad debería estar por debajo del 8%" - Foto: Javier Pozo

Luis Manuel Monforte es desde hace una semana el secretario general de la UGT en Castilla-La Mancha. Procedente de la Federación de Servicios Públicos, tiene frente a sí el reto de dar estabilidad a un sindicato que ha sufrido en los últimos tiempos demasiados movimientos. Y es que, a la marcha de Olga Arribas apenas tres meses después de asumir el cargo, hay que unir el hecho de que el sindicato ha estado gestionado durante más de un año por una gestora, tras la dimisión en 2019 de su líder regional durante casi dos décadas, Carlos Pedrosa.

En esta entrevista Monforte deja claro que viene para quedarse y, sobre todo, para terminar de darle la vuelta a la UGT en la comunidad. Es el secretario regional más joven del sindicato y se nota en su discurso, centrado en temas como los jóvenes, la igualdad o la inclusión dentro del ‘discurso’ sindical de las reivindicaciones de colectivos como el LGTBI. 

¿Qué está pasando en la UGT para que tres mes después de la elección de Olga Arribas esta haya dimitido y se haya que tenido que nombrar a un nuevo secretario general?

Es un relevo natural. El sindicato es una organización viva y, por tanto, cambiante. Los congresos de UGT se han producido esta vez de abajo a arriba y para conformar las estructuras superiores, las federales y confederales, hacen falta personas. ¿De dónde se cogen estas personas? De las estructuras inferiores. 

Es el caso de la anterior secretaria general, que ha pasado a ocupar el área de Mujer a nivel federal dentro de la FICA (La Federación de Industria, Construcción y Agro). Es un cargo importante, lo entendemos. La UGT se ha marcado como objetivo dar más importancia a varias áreas, entre ellas Mujer y LGTBI.  

Lo que hemos hecho es continuar con la ejecutiva y el proyecto que salió en marzo en Castilla-La Mancha. Hemos ocupado una vacante, con la nueva Secretaría regional de Formación y Proyectos, y yo, que estaba en Organización, he pasado a ocupar la Secretaría General.

¿Cómo están llevando los afiliados estos cambios? No hay que olvidar que el anterior secretario general, Carlos Pedrosa, dimitió en diciembre de 2019 y la UGT ha pasado más de un año dirigido por una gestora.

La UGT ha seguido trabajando independientemente de que no haya tenido una cabeza visible. Nuestros afiliados entienden lo que ha pasado, son cambios naturales que no se han notado en el ámbito interno. Es cierto que hacia fuera, da cara a la sociedad, todo esto genera expectación, pero no es nada fuera de lo normal dentro del funcionamiento de las organizaciones vivas. 

Acaba de aterrizar a la Secretaría General y lleva tres meses en la ejecutiva regional, ¿cómo ve al sindicato?

Es cierto que hace falta un cambio sindical en este país. UGT ya comenzó hace varios años este cambio. Estamos viviendo un momento complejo, no solo los sindicatos, sino la sociedad en general, y la UGT no deja de ser parte de esta sociedad. Somos un sindicato con 130 años de antigüedad y algo sobre crisis sabemos, lo llevamos en el ADN. 

Tenemos que trabajar para salir de esta crisis, pero el sindicato afronta una etapa que podemos considera ilusionante. El órgano de dirección en Castilla-La Mancha es un órgano renovado, joven, sin mochilas, y con muchas ganas de trabajar por la región. 

¿Y cómo quiere que sea el sindicato dentro de cuatro años?

Me gustaría llegar a los jóvenes, darle la importancia que se merecen las políticas de igualdad, crecer en afiliación y en representatividad y, por supuesto, trabajar por y para los castellano-manchegos. 

El paro ha bajado en julio, pero Castilla-La Mancha tiene ya más de 178.000 desempleados. ¿Superamos en otoño la barrera de los 200.000?

Es algo que no me gustaría augurar. El paro es un mal endémico de este país y entendemos que con políticas que apuesten por crear empleo estable podremos avanzar en Castilla-La Mancha. 

Ahora tenemos abiertos muchos planes con los fondos de resilencia, y nosotros abogamos por que el empleo que se cree con estos fondos sea estable. 

Usted procede de la Federación de Servicios Públicos, ¿cómo valora el acuerdo entre el ministro Iceta y los sindicatos para rebajar el número de interinos en la Administración?

Era algo urgente para la función pública de este país. En Castilla-La Mancha quizá en el ámbito de la Administración General sí que se ha trabajado bastante para llegar a un tasa de interinidad de, como máximo, un 8%, pero quedan todavía sectores en los que trabajar, como la sanidad y la educación. 

¿Ve posible llegar a este 8%  de interinidad en un plazo razonable?

Es completamente posible si hay voluntad de la Administración regional, de las diputaciones y de los ayuntamientos, que son quienes promueven las ofertas de empleo público.

¿Qué plazo sería el razonable para estar por debajo de este 8% ?

En un plazo de tres años tendríamos que tener todas las administraciones de Castilla-La Mancha con una tasa de interinidad por debajo del 8%.

Estamos en medio de una crisis sanitaria y a las puertas de lo que dicen que va a ser una crisis brutal. ¿Es de los que ve el vaso medio lleno o medio vacío?

Yo considero que el vaso está medio lleno. Se ha vaciado y la crisis ha hecho que se vacíe aún más, pero creo que con políticas que aboguen por unos servicios públicos y sociales de calidad se puede mejorar y salir de una forma más conciliadora de esta crisis. 

Es difícil prever lo que va pasar,  pero que en España y en Castilla-La Mancha estamos acostumbrados a despertarnos y salir adelante. Creo firmemente que vamos a superar  esta crisis sanitaria, económica y también social, porque los servicios sociales se han visto tocados seriamente. 

Una de sus funciones será la de sentarse a negociar con la Administración y la patronal. ¿Qué tal se lleva con la Cecam? El otro día su presidente se mostraba muy enfadado con las propuestas de reforma que se están planteando a nivel nacional.

Es cierto que a la patronal en Castilla-La Mancha hay algunas reivindicaciones que le aprietan, como puede ser la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pero si lo extrapolamos a nuestro territorio, hay buena sintonía entre las organizaciones sindicales representativas, CCOO y UGT, y la Cecam.  Se ha puesto de manifiesto en los acuerdos que hemos firmado en los peores momentos de la pandemia. 

Esta buena sintonía que es verdad que siempre ha habido entre la patronal regional y UGT y CCOO, ha sido muy criticada por algunos, entre ellos los sindicatos sectoriales.

La lucha entre sindicatos de clase y corporativos siempre ha estado y siempre estará. Los sindicatos de clase no solo defendemos los derechos de los trabajadores y trabajadoras, sino que también tenemos nuestra doble condición de ser agentes sociales. Nosotros trabajamos por las pensiones, por la subida del SMI, por la mejora de los servicios sociales, por los derechos de las personas más desfavorecidas, de los dependientes, trabajamos por la igualdad... Es difícil entender esta buena sintonía con el Gobierno y la patronal si no se pone de manifiesto todo esto que acabo de decir. 

Cada vez que en el diario oficial se aprueba una ayuda para UGT, CCOO o Cecam, sindicatos como CSIF denuncian que sois organizaciones subvencionadas…

Nosotros podemos decir alto y claro que vivimos de las cuotas de nuestros afiliados. Es cierto que la Administración, como sindicato mayoritario, con 130 años de vida y que conoce la sociedad de Castilla-La Mancha, nos hace una serie de encargos que se tienen que pagar. Pero estos encargos son subvenciones finalistas, no para subvencionar a los sindicatos. Nosotros vivimos de nuestras cuotas. 

La derogación de la reforma laboral está sobre la mesa. Visto el panorama nacional ¿lo ve posible?

Vamos a seguir reivindicando la subida del SMI y la contrarreforma laboral. Es cierto que es un momento complejo y que estamos inmersos en una crisis brutal, pero hay visos de llegar a acuerdos.

¿Este clima de tensión política que hay en el ámbito nacional se nota en las mesas de negociación abiertas en Castilla-La Mancha? 

La tensión nacional siempre se nota en la mesas de negociación, pero nosotros nos centramos en nuestro territorio, en los castellano-manchegos y castellano-manchegas. Tenemos nuestra propia realidad y trabajamos centrados en ella.

¿Y cómo marcha la negociación colectiva este año? Parece que hay varios convenios atragantados.

Es cierto que las negociaciones de los convenios no son fáciles. Hay algo que las empresas e incluso las administraciones no entienden y  que es que para negociar un convenio lo primero que hay que poner es dinero sobre la mesa.

Tenemos muchos convenios abiertos en Castilla-La Mancha, pero se ha firmado un gran acuerdo por la negociación colectiva con la patronal, que nos va a permitir sentar las bases para negociaciones futuras. La negociación colectiva en Castilla-La Mancha va avanzando.

Geacam es ahora mismo el mayor foco de conflicto a nivel regional. ¿Se le ha ido de las manos a la Junta?

No diría tanto que se les ha ido de las manos, pero sí diría que lo deben cerrar ya. Las posiciones no están tan lejanas si hay buena voluntad.

No obstante,  el tono del consejero y del propio presidente, si bien es verdad que ha ido bajando, ha alcanzado un nivel al que no estábamos acostumbrados.

Supongo que les ha molestado las últimas reivindicaciones, que han ido in crescendo. Entiendo que es una reacción casi natural por parte de la Administración, pero desde aquí les instamos a cerrar ya el acuerdo con Geacam. Ha llegado el verano, ha llegado la campaña de extinción de incendios, es momento de cerrarlo.

UGT fue muy crítica con la gestión que de las residencias, de los servicios de ambulancias y con la sanidad en general durante la primera ola. ¿Cómo están hoy las cosas?

La situación ha cambiado mucho. Fuimos muy críticos con cómo se gestionó. Fue un situación sobrevenida para todos, a la Administración le pudo pillar desprevenida, como le pasó a toda España en general, pero con las residencias sí consideramos que en los primeros meses hubo un pequeño caos organizativo, no hubo coordinación con Sanidad. 

Esto se ha ido corrigiendo y  hoy creemos la situación puede estar controlada, hay una cierta normalidad en las residencias de Castilla-La Mancha. Esto nos tiene que servir para aprender algo, y es que a lo mejor el modelo que teníamos de residencias no era lo suficientemente operativo o válido. Tenemos que ver qué podemos cambiar en este modelo de residencias para que, llegado el caso, no se vuelva a repetir este caos que tuvimos estos primeros meses de la pandemia.

Los fondos europeos son ahora mismo la gran esperanza, ¿que pide UGT a estos fondos para que no se conviertan en una suerte de Bienvenido Mister Marshall?

Los fondos europeos van a suponer un empuje importante para la economía de Castilla-La Mancha, pero no van a suponer la solución definitiva. Tienen que servir para generar empleos de calidad. Van a servir para arrancar, pero no van a ser la solución definitiva crisis. 

Hace un año la pandemia dejó constancia que en España no se producía. ¿Habría que hacer una reflexión para que en este cambio de modelo productivo del que tanto se habla, se incluya una reindustralización de zonas como Castilla-La Mancha ?

Es importante que Castilla-La Mancha sea atractiva para las empresas, bien por medidas fiscales o bien por la inversión en infraestructuras. Tenemos que trabajar para ser atractivos y para que vuelvan a tener interés en Castilla-La Mancha las grandes empresas, que son las que crean empleo.

Ha hablado de medidas fiscales, ¿es partidario de bajar los impuestos a las empresas que se asienten en la región?

Es un tema delicado. La Ley contra la Despoblación sí contempla medidas para empresas que se asientan en entornos rurales, y considero que es una medida buena si se hace un buen uso de ella. Como todo lo fiscal es delicado, hay que estar expectantes, pero considero que es una buena medida.