El tema elegido por el Papa Francisco -‘No se trata sólo de migrantes’- contextualiza la celebración, el próximo domingo 29 de septiembre, la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado que, al fin y al cabo, quiere ser expresión gráfica de las palabras Jesús: «Fui forastero y me acogisteis». Bajo este encuentro, el vicario general de la Archidiócesis de Toledo apreció que el objetivo del mismo se centra en «la sensibilización social, desde la voz de la Iglesia, sobre la acogida de migrantes y refugiados», personas llegadas de sus países que «no son ni un peligro ni una amenaza», sino más bien «una ayuda que nos enriquece».

Por ello, Francisco César García Magán consideró que esta experiencia social debe servir para «reflexionar sobre la realidad de la vida» haciendo aflorar sentimientos como «la compasión, la acogida y el compartir». No en vano, utilizó las palabras del Papa Francisco para evidenciar que «al mostrar interés por los migrantes y refugiados también lo mostramos por todos».

En este sentido, aludió a las palabras pronunciadas por el Pontífice el pasado año con motivo de la Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados: «No es fácil entrar en la cultura que nos es ajena, ponernos en el lugar de personas tan diferentes a nosotros, comprender sus pensamientos y sus experiencias. Y así, a menudo, renunciamos al encuentro con el otro y levantamos barreras para defendernos». De ahí que la Iglesia reitere, en estos tiempos, que «renunciar a un encuentro no es humano».

Siguiendo las directrices del Papa Francisco, el vicario general de la Archidiócesis de Toledo apreció la importancia de «cuatro verbos» a la hora de ofrecer una respuesta digna a los migrantes y refugiados al pronunciar «el acoger, proteger, promover e integrar» a estas personas.

Aprovechando la ocasión, en la presentación se apuntaron algunos de los resultados que, en este ámbito, se han logrado al amparo de los diversos programas gestionados por Cáritas. Para ello, la coordinadora del área de Inclusión Social se refirió a la labor realizada  en los distintos programas de intervención social. Así, el programa ‘Cáritas Integra’ aboga por «favorecer la integración de los inmigrantes a través de cuatro líneas de acción como son la regularización de su situación, el acompañamiento personal, la formación y la coordinación con los servicios sociales y con otras entidades».

En este sentido, Paloma Martín de Vidales apuntó que en esta vertiente, «se ha atendido a 541 migrantes en la provincia en lo que va de 2019 con una inversión de 57.221 euros subvencionados por el Gobierno regional y por Cáritas Española». Mientras, en 2018 se ocupó de integrar a «444 personas por un importe de 62.997 euros» llegados tanto de la Junta como de las convocatorias de Cáritas Española.

También en esta misma línea de intervención,  señaló que gracias al programa de alojamiento de urgencia, este año se ha atendido «a seis familias en situación de extrema vulnerabilidad de la provincia toledana, lo que supone un total de 17 personas». Añadió, la coordinadora, el incremento de la llegada de ciudadanos venezolanos, colombianos, salvadoreños, nicaragüenses y hondureños que buscan protección internacional.

ayuda integral. Sobre el Proyecto Virgen de Coromoto -para familias que buscan protección internacional-, en lo que va de año se han atendido 151 familias, siendo 64 familias las beneficiarias en 2018. En cuanto al programa ‘Cáritas Educa’ -destinado a jóvenes migrantes de la ESO escolarizados de forma tardía y que presentan un desfase curricular- ha ofrecido clases de apoyo y técnicas de estudio «a una media de 30 alumnos por curso escolar en tres puntos de la ciudad» dando cobertura a siete institutos de Educación Secundaria.

Virgina Sanz, trabajadora social de Cáritas, apuntó los beneficios de las ‘Escuelas de Acogida’, con la propuesta de «espacios de ocio y tiempo libre centrados en el encuentro intercultural en torno a celebraciones interculturales y religiosos, como el Día de la Madre, la Navidad, y apoyo y acompañamientos a grupos nacionales surgidos». Una iniciativa que, este año, ha desarrollado seis escuelas de acogida «con una media de 10 alumnos por escuela, lo que supone un total de 100 participantes».