Es cierto que son una inmensa minoría. Quizás uno de cada cien propietarios de perros no recogen sus excrementos. Pero es suficiente para que, a falta de limpieza periódica, las calles de barrios como El Beato estén atestadas.

En torno a la avenida del Corzo se están levantando nuevas viviendas, pero todavía se puede respirar el aire limpio de la naturaleza, merced a los olivos y bosque bajo que la rodean. Es un bonito lugar para pasear al anochecer en la zona del Beato, lejos de coches y de las cuestas que lo rodean. Sin embargo, cada vez son menos los vecinos de la zona que lo hacen, debido a la acumulación de excrementos caninos en la zona toledana del barrio.

Porque El Beato es un barrio entre dos municipios, Toledo y Olías. En las calles del segundo también se ha dado el problema de excrementos, aunque lo cierto es que se ha ido solventando durante los últimos meses. Otra cosa son los caminos y parques, en los que continúa la situación, al igual que en Toledo.

El problema de excrementos en El Beato

En la zona de la capital las calles no están recepcionadas, y a falta de limpieza, los excrementos se acumulan por algunas zonas, para enfado vecinal. El problema, apuntan, es la falta de educación de algunos dueños. Pero también se quejan de que sus calles no se limpien, pero sí se desvíe por allí el tráfico de Olías los domingos de mercadillo y que incluso la policía les multe por aparcar a la puerta de sus viviendas.

Además, en ambas zonas del barrio los vecinos están denunciando la presencia de vehículos que circulan a muy altas velocidades, por calles en las que además hay viviendo muchos niños.