Un grupo de vecinos de Talavera  La Nueva reclaman a una empresa colindante a sus viviendas el cese de la conversión de fertilizante al aire libre o al menos, que lo realicen de una forma segura, bajo techo y que no llene sus casas de polvo. El problema le sufren desde finales del año pasado, pero ha sido en verano cuando, con la apertura de ventanas y el uso del patio, la situación se ha agravado.

Se trata del Grupo Batlle, ubicado desde hace años junto a la Entidad Local Menor, en la carretera de Calera. Desde allí, producen, almacenan y empaquetan diferentes productos de huerto y jardín, entre ellos fertilizantes. El que está generando tantas «molestias» es la fibra de coco, un tipo de sustrato muy fino cada vez más usado en semilleros y huertos urbanos ecológicos.

El principal problema se encuentra en que la fábrica trabaja con esta fibra, polvo muy fino de color marrón oscuro, fuera de sus almacenes, lo que ayuda a que el  viento lo mueva hasta las promociones de viviendas cercanas, algunas de ellas pegadas a la fábrica, a la que ya han solicitado alguna solución al respecto.

Denuncian la llegada de polvo de una fábrica hasta sus casasEl grupo de vecinos afectados se encuentra totalmente «indefenso» ante un hecho que les impide disfrutar de su patio, de las piscinas que en este verano atípico muchos han instalado en sus casas e incluso que se mete en el interior con la apertura de las ventanas. «Se trata de un polvo procedente de la fibra de coco que probablemente además de ser molesto en las casas, también lo estamos inhalando», explican a La Tribuna.

Por ello, y tras esperar más de  seis meses a una solución que no llega, han reclamado al Ayuntamiento de la Entidad, que les está ayudando al respecto, pero también al de cabecera, al de Talavera de la Reina, e incluso a la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno regional, quien elabora un informe al respecto.

Los técnicos de la Junta, encargados de velar porque las industrias que tienen actividades de este tipo lo hagan correctamente y comprobar cuáles son empresas potencialmente contaminadoras de la atmósfera, trabajan ya en ello, pero hasta hace  poco no tenían ni constancia de la actividad, explican. Asimismo, se comprueba si la autorización que tienen es la adecuada para este tipo de trabajo.

Denuncian la llegada de polvo de una fábrica hasta sus casas«Sabemos que los procesos administrativos son lentos y requieren su tiempo, nos dicen que lo tienen como trámite urgente, pero ya llevamos mucho tiempo de espera», indican indignados.

Antes de todo esto, visitaron la fábrica para solicitar una solución a sus responsables. Además de buena voluntad y palabras, aún no han realizado ningún cambio en la forma de realizar este proceso y ellos siguen sufriendo la presencia de estas partículas. Los vecinos aseguran que desde la empresa les han dicho que van a poner lonas y ya utilizan aspersores para regar el producto y asentarlo, «pero no es suficiente, lo pueden reducir pero no solucionar y la empresa es perfectamente consciente, no nos creemos que no sepa que va a causar este perjuicio», lamentan.

Mientras, los pequeños salen de las piscinas cubiertos de estas partículas marrones y en el interior de las viviendas se recogen «montones de polvo, teniendo que cambiar incluso la ropa de las habitaciones porque también está llena», denuncian.