El turismo nacional elige Toledo también en verano. Las calles del Casco Histórico acogen a centenares de visitantes diarios, una cifra que se dispara los fines de semana. El aumento del caudal turístico insufla esperanzas a las actividades económicas más afectadas por las restricciones que trajo la pandemia en la primavera del año pasado, unos límites que, aunque más laxos, siguen lastrando a determinados sectores. El retorno del visitante perdido es visible en las calles más importantes del distrito monumental y cerca de sus principales atractivos. 

«Se está notando más de turismo», explica Tomás Palencia de Lara, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Toledo (AHT). «En agosto está habiendo más gente», certifica. El repunte de llegadas anima a muchos negocios. «Es esto es bueno para la salud de nuestras empresas».

Palencia de Lara muestra la satisfacción contenida del sector por la marcha del verano. Julio y agosto son, tradicionalmente, meses difíciles para el turismo en Toledo. Este 2021, sin embargo, está llegando más gente que en años anteriores. «Vamos poco a poco», confirma el presidente de los hosteleros. «Lo estamos defendiendo», dice sobre las cuentas de bares y restaurantes.

El perfil del visitante «es nacional en un porcentaje muy alto». La hostelería mira más allá del mercado español. «Echamos de menos al turista internacional». La AHT constanta un lento regreso de europeos -franceses, británicos e italianos principalmente-, mientras aguardan que decaigan las medidas que en sus países de origen dificultan el viaje a España. «Que nos quiten esa cruz roja», pide Palencia de Lara.

La ola de calor prevista para los próximos días amenaza la buena marcha de una actividad que se recupera. El turismo regresa a Toledo después de meses de ausencia e incertidumbre.