El sorteo de la Liga y organizar un banquete de boda. Dos actividades que a los que les atañe, viven con pasión. Dónde jugará tu equipo la primera vuelta y dónde sentar a los primos venidos de lejos. Dónde acabará la Liga o a quien no podemos sentar cerca de la fuente de chocolate. Los «latosos» de uno en uno, por favor; dirían los novios. El derbi mejor primero en casa, los futboleros.

 Aparentemente, pocos puntos pueden haber en común entre ambas tesituras, a excepción que realicemos un 'Maridaje Cuántico'. En ese caso, tal y como la matemática de la Universidad de Sevilla Clara Grima explica en su libro 'En busca del grafo perdido', podemos descifrar grafos, objetos matemáticos «fascinantes» con aplicaciones «sorprendentes», tal y como relata a La Tribuna.

Grima llegó ayer por la tarde a la Biblioteca de Castilla-La Mancha para presentar un libro de «¿grafos?» se pregunta ella mísma. La respuesta no se hace esperar y comenta que «para ser buenos en matemáticas, solo hay que pensar y leer muy bien» y por ello, qué mejor lugar, no para «hacer una presentación al uso», sino para dar a conocer un instrumento con el que a los niños se les puede explicar de forma más sencilla las matemáticas mediante líneas y puntos.

Los que sean algo más mayores, lo entenderán mejor con el ejemplo de Facebook, «donde cada usuario es un punto, y la amistad que les une una línea, eso es un grafo», afirma satisfecha.

El libro nace de su propia experiencia, de haber recorrido muchas aulas como docente explicando matemáticas a niños que «parecía que se les daba mal» y que simplemente era que «se aburrían de hacer cuentas».Ante esto se muestra plenamente comprensiva, puesto que no somos «hacedores de cuentas», ya que «cuentas hace desde el panadero hasta el charcutero, pasando por cualquiera de nosotros» comenta.

Lejos de lo que pueda parecer y tras la amable atención a La Tribuna, los grafos no son complicaciones para enrevesar entuertos, sino simplificaciones  de ciertas circunstancias de la vida, que este conjunto de objetos, llamados vértices o nodos, a veces incluso con colores, nos ayudan a simplificar. 

Cualquier tarea que necesite ser distribuida o cuadrante que requiera ser hecho, puede simplificarse de esta forma, teniendo en cuenta que los «latosos mejor de uno por mesa», aunque siempre es mejor «fastidiar un cesto, que la cosecha entera» sentencia sonriente.