La guardería que cuida a los hijos de la vid

Álvaro de la Paz
-

El Ayuntamiento de Miguel Esteban ofrece una campaña más un servicio para conciliar el trabajo de recogidade la uva, con la rutina diaria de los menores. Buena parte de sus vecinos participan de la vendimia en La Mancha toledana

Aulas habilitadas por el municipio para cuidar de los más pequeños.

Los racimos de uva blanca airén y uva tinta cencibel, las dos varietales propias de la tierra, aguardan su recogida. Cosechadas las uvas más tempranas, empieza mañana el grueso de la vendimia en La Mancha toledana. El comienzo de la actividad llevará a centenares de trabajadores al campo durante las próximas tres o cuatro semanas. El vino es un elemento fundamental para la economía en este rincón de la provincia. Durante el próximo mes, se generará una riqueza fundamental para muchas familias, ya sea como primera actividad o como complemento para las rentas llegadas de otros empleos. Gran parte de los migueletes en edad adulta se sumarán, un septiembre más, a la campaña. Muchos emplean sus vacaciones en este menester.

El trabajo en la llanura manchega se inicia temprano y finaliza con la puesta de sol. Los hijos de la vendimia se quedan al cuidado de sus abuelos o de allegados no implicados en la recogida. Aquellas familias que no tienen cerca esta red, disponen de un servicio de guardería especial organizado por el Ayuntamiento de Miguel Esteban. Esta iniciativa municipal acumula ediciones cada vez que el calendario cambia del verano al otoño. Son potenciales beneficiaros aquellos niños desde los seis meses hasta los doce años que tengan al menos uno de sus progenitores dedicado a la recogida de la uva. Las prestaciones incluyen comedor -para la comida principal y una merienda-, con un menú adaptado a la edad del menor y sus posibles alergias. También hay mobiliario adaptado para los más pequeños y diversos recursos educativos y de ocio.

El aula donde se ha instalado la guardería se ubica en el Edificio Losada, dentro de las instalaciones del CEIP Cervantes. Además de comida y atención, el servicio que oferta el Ayuntamiento incluye la recepción de alumnos, el acompañamiento al colegio o las unidades de infantil en las que cursan su periodo de adaptación y la posterior recogida cuando finalizan las clases escolares.

La necesidad de crear una guardería evidencia la importancia que tienen las actividades relacionadas con el vino entre los migueletes. La vendimia requiere mucha mano de obra y de un largo periodo diario de trabajo continuado. El centro de recogida para menores permanece abierto durante doce horas diarias, desde las 7.00 hasta las 19.00 horas. El horario cubre la larga jornada laboral y garantiza la asistencia segura de los niños inscritos a sus respectivos centros de educación infantil y primaria.

A partir de mañana, de lunes a viernes y hasta que concluya la vendimia en Miguel Esteban, una decena de menores serán atendidos por este servicio. El coste es de 100 euros por niño. América Moreno, concejala de Mujer e Igualdad, Interculturalidad, Escuela Infantil y Servicios Sociales en el Ayuntamiento de la localidad manchega, ahonda en el apoyo que representa la creación de esta unidad para conciliar el empleo con el cuidado de los pequeños.

«Este servicio es una forma de que las familias puedan desarrollar un trabajo y que los niños estén atendidos y en condiciones óptimas», explica Moreno. Uno de los departamentos que dirige la edil, el de Servicios Sociales, se encarga de la guardería. Serán dos profesionales quienes atiendan a los menores desde mañana hasta, aproximadamente, dentro de un mes. La única condición para inscribir a los niños es que uno de los progenitores acredite su condición de trabajador en la vendimia o en alguna de las actividades relacionadas con el proceso de elaboración del vino.

Entre los aproximadamente diez niños con que abrirá mañana sus puertas la guardería hay menores de origen foráneo. Las familias emigrantes no disponen del mismo tejido familiar que aquellas que llevan más tiempo instaladas en la localidad y suelen carecer de la figura de los abuelos, quienes asumen los cuidados en muchas de los hogares implicados en la vendimia en Miguel Esteban.

Una gran parte de los vecinos en edad laboral emplea estos días para la recogida de la uva. «La mayoría vendimian», cuenta la concejala. La economía local depende, en buena medida, de las labores relacionadas con el vino y de las rentas que genera el proceso del producto. Las dos cooperativas migueletas (San Isidro y Nuestra Señora del Carmen) se preparan para recibir millones de racimos. Los padres recogen la uva, la guardería recoge a sus hijos.