Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


El PP quiere la fiesta en paz

17/01/2022

Haya paz. Es la orden que emana de los despachos más importantes de Génova. Las trifulcas internas han cesado. Los codazos y pescozones, se acabaron. Nada de tensiones intramuros. Isabel Díaz Ayuso es intocable. Teodoro García Egea, incuestionable. Los liderazgos quedan aparcados. Solo hay un objetivo. Ganar por goleada las elecciones de Castilla y León. De momento, los sondeos pintan muy bien. Y el escenario, no puede ser mejor.
Las Navidades y el ministro de Consumo han logrado dar un vuelto al panorama. Se ha pasado de un PP dividido y encrespado a un PP apacible, unido y firme en torno a las directrices que emanan de la dirección. Pablo Casado pasó su confinamiento pandémico sin más problemas que dirigir el cotarro por Zoom y teléfono.
Todo ha funcionado. En el PP ha vuelto la calma mientras que en el otro lado del tablero, la cosa está que arde. «Ahora el Gobierno parece el PP, los papeles han dado un vuelco», comentaba un veterano de Ferraz. La polémica desatada por la torpeza del ministro Garzón, señalando, en un medio británico, a la carne española como un producto prácticamente incomible, ha resultado letal.
Como no podía ser menos, la sección socialista del Gobierno ha salido unida en defensa de nuestra ganadería y en contra del ministro diletante. La parte morada del Ejecutivo, en especial la vicepresidenta Yolanda Díaz, que no milita en Podemos, ha hecho lo propio en torno a Garzón.
Esto es lo que esperaba el PP. Esto es lo que necesitaba Pablo Casado para abordar este mes de campaña en Castilla y León. Esta situación parece un guión escrito por un amanuense de la derecha. Y para redondear el retablo de las maravillas, Pedro Sánchez aparece en este asunto como el mudito de Blancanieves. Se pone de perfil, hace comentarios estériles, gesticula. Pero no sale en defensa del ganadero español, que es lo que se espera de un presidente del Gobierno en un sector primario y clave para nuestra industria y nuestra exportación.
Los barones regionales del PSOE tampoco aciertan. Salió Lambán muy gallito, luego reculó. También García Page le propinó una colleja a Garzón y luego dio marcha atrás. Temblores, miedito, errores. Todo es bueno para el PP. Todo son votos que van a abandonar al PSOE. Con las cosas de comer no se juega, insisten estas fuentes socialistas. Garzón es la izquierda pija que en su vida ha dado un palo al agua. Muy ecologista, comunista, castrista, leninista, verde y lo que se quiera pero a la hora de verdad hay que eslomarse, madrugar, dejarse el sudor en el trabajo y angustiarse porque no llega para pagar las nóminas, la hipoteca o el cole de los críos. Sabido es que las elecciones, más que ganarse, se pierden. El PSOE está haciendo oposiciones no sólo para perder en Castilla y León, donde nunca ha pintado mucho, sino para llevarse un batacazo de los que hacen historia. De los que escuecen. Eso Sánchez ya lo da por descontado.