Sí, ya hay turistas en Toledo

J. Monroy
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En este fin de semana de apertura de los monumentos de la Iglesia, con todas las medidas de seguridad establecidas, el goteo de turistas ha sido constante, sin las grandes aglomeraciones acostumbradas, pero con más visitantes de lo esperado

Sí, ya hay turistas en Toledo - Foto: Yolanda Redondo

Quizás este sea, para quienes superen al miedo y el calor, el mejor momento para hacer turismo por Toledo. Eso pueden estar pensando los primeros valientes que ya están volviendo a visitar los monumentos de la ciudad. En un fin de semana como este, ya en verano, las calles del Casco tendrían que estar repletas de turistas haciendo cola con una botella en la mano para entrar a la parroquia de Santo Tomé para ver El Entierro del Señor de Orgaz, por ejemplo. En este primer fin de semana de reapertura tras el estado de alarma ha habido ya visitantes, aunque mucho menos de lo que habría sido normal. Pero lo que no ha habido han sido colas, ni agobios.

Así, una cuatrocientas personas visitaron el sábado, primer día de apertura, el famoso cuadro en Santo Tomé o la sinagoga de Santa María La Blanca. El domingo a primera hora ya habían pasado unas cincuenta. Son más de los que quizás podrían esperar quienes los atendían, que aunque estos días les han dejado pasar de forma gratuita, sí han pedido el código postal para las estadísticas. Era un turismo mayoritariamente de proximidad, toledanos, algún madrileño, y meramente español. Había visitantes gallegos, vascos, andaluces, de las distintas provincias del Levante e incluso algún catalán. Muchos menos visitantes extranjeros, más allá de tres parejas sudamericana, una de origen africano y otra norteamericana.

A falta de turismo extranjero, y con los madrileños, parece que de estampida en la costa, ha sido el turismo de cercanía, y curiosamente el de españoles de zonas con playa, el que ha comenzado a pasearse por los monumentos de Toledo. Quizás la pareja de Zaragoza que a primera hora del domingo se interesaba por la pulsera turística en Santa María La Blanca  pueden ser un ejemplo significativo de estos visitantes. Llegaron a Toledo el sábado para comprarse un coche, y decidieron aprovechar para hacer turismo durante el día siguiente. El caso es que ya conocían la ciudad y sus monumentos, pero de lo que no tenían noticia es de la pulsera, que se estaban preparando para pagar, cuando descubrieron que es gratuita.

Siete más uno. El pasado sábado la Catedral y el resto de museos de la Iglesia vinculados al grupo ‘Pulsera turística de Toledo’ abrían sus puertas tras más de tres meses sin actividad, con el necesario estricto protocolo sanitario para evitar contagios. Se han establecido aforos máximos, diseñado itinerarios y a marcado los espacios con nueva señalítica que garantice el distanciamiento social y las medidas de seguridad. A todo estos monumentos hay que acceder con mascarilla, los turistas tienen disponible gel desinfectante de manos a la entrada de los mismos y deben cumplir el protocolo vigente mientras las autoridades sanitarias lo mantengan.

Todos ellos son gratuitos hasta el 1 de julio. La gran novedad de la vuelta a la ‘nueva normalidad’ de todos estos espacios de manera conjunta ayuda es la incorporación de la Catedral al grupo, al que sin duda, está ayudando a «visibilizar» el resto, iglesia de Santo Tomé; la sinagoga de Santa María La Blanca; el monasterio de San Juan de los Reyes, la mezquita Cristo de la Luz; las iglesias de los Jesuitas, y de El Salvador; y el Real Colegio de Doncellas Nobles.

En principio, estos espacios han abierto en sus horarios habituales, cerrando a mediodía, y las visitas se verán interrumpidas siempre que la Catedral y alguna de las iglesias, como la del Salvador, mantengan actividades de culto. Los monumentos que no lo tienen dedican todo su horario al turismo.

Así pues, sin agobios, pero parece que durante el primer fin de semana de apertura de estos monumentos, se han cumplido las expectativas que el deán y del ecónomo daban por buenas cuando el viernes anunciaron el retorno.

En la Catedral. Una de las primeras medidas que se han tomado en favor del turismo en la Catedral ha sido el traslado de la Custodia a la capilla de San Ildefonso, en la que permanecerá por tiempo indeterminado para que los visitantes puedan contemplarla con comodidad y no se produzcan concentraciones. Sin embargo la Sala Capitular se puede visitar con normalidad, aunque se regula la entrada y salida de turistas porque únicamente cuenta con un acceso. También hay itinerarios para acceder a la Sacristía y a los museos, que disponen de señalítica específica que facilitan esta nueva fórmula.

En la Catedral se esperan de 500 a 1.000 visitas diarias en los próximos meses, una cifra importante pero relativamente baja si se tiene en cuenta que el templo recibe más de un millar de visitas diarias.