Rebajas: entre la seguridad y las ganas de salir

F.F.
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Una semana antes de lo habitual los comercios cuelgan los carteles de rebajas y se organizan con meticulosidad para recibir a los deseados clientes que este año necesitan el estímulo de la seguridad para recuperar hábitos como salir de compras

Rebajas: entre la seguridad y las ganas de salir - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

El comercio confía en que las rebajas inauguradas hace unos días (este año se adelanta una semana ya que tradicionalmente empezaban el 1 de julio) animen de forma apreciable la entrada de clientes y las ventas. Choni León (Almacenes León), que forma parte de la asociación de empresarios de Santa Teresa, comenta que las expectativas son buenas «porque hay muchísimo producto» que no se ha vendido en temporada.

Dice que los carteles parece que animan a entrar y ve que la gente tiene ganas porque este año no han comprado. De hecho los primeros días notaba un poco más de alegría en el barrio en cuanto a cantidad de público (las comuniones también ayudan, apunta). Aunque hasta que pasen unos días no sabrán que resultados reales obtienen, lo que ven es que la gente se para y entra a la tienda.

En su caso la oferta incluye las colecciones completas y tiene en rebajas todo. Las colecciones del año que no se habían empezado a vender llevan un 20% de descuento mientras que lo del año pasado y las piezas sueltas oscilan entre el 30% y el 50% (los precios de los vestidos van desde 33 hasta 180 euros). Explica que son productos de calidad, de prendas no masificadas, fabricadas por marcas españolas en su mayoría y europeas en  general que no les dan margen para más sin ir a pérdidas.

El otro punto importante son las medidas de seguridad e higiene. En Almacenes León han aplicado las máximas posibles: alfombra de diluvio para desinfectar los zapatos, geles, termómetro (a veces no les da tiempo a utilizarlo, casi necesitarían una persona solo para ese cometido), mascarillas (un cliente que intentó pasar sin ella fue amablemente emplazado a volver otro día, cuando la tenga puesta): «lo siento pero es la salud de nuestros clientes y la  nuestra. Estamos aquí todo el día y esto hay que tomárselo muy en serio»

También han adaptado una habitación con un aparato de ozono para higienizar todo lo que se prueban los clientes. Eso obliga a estar muy pendientes, a dar instrucciones de que lo dejen aparte, limpiarlo y volverlo a colocar. «Doble trabajo, pero tiene que ser así».

Y por la noche, con la tienda ya cerrada, hacen una higienización general con maquinaria que han  comprado con ese fin.

Aunque no lo publicitan cree que la seguridad puede ser otro reclamo para ganar clientes ya que en este aspecto sabe que el boca a boca funciona y la gente lo ve «porque andamos detrás de ellos para que se cumplan todas las medidas».

Debido a la crisis tienen gente en ERTE y los que están van saturados de trabajo y acaban agotados al final del día. Pero van a «ponerle ilusión» para superar el trance.