Que el Tajo no pague la "falta de sintonía"de Page y Sánchez

Leticia G. Colao
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Miguel Ángel Sánchez confía en que haya «cordura» por parte del Gobierno progresista y que la vicepresidencia sea «realmente de transición ecológica» y aplique una política del siglo XXI

Que el Tajo no pague la "falta de sintonía"de Page y Sánchez

Acaba de conocerse que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, seguirá en el cargo y subirá de rango a vicepresidenta del Gobierno, por lo que desde la Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche de Talavera ya están elaborando la carta que enviarán para «retomar los problemas candentes» y que se pongan a trabajar cuanto antes. Miguel Ángel Sánchez, presidente del colectivo, tiene claras las peticiones a la vicepresidenta con la cartera medioambiental, aunque la titular de Transición Ecológica las conoce de sobra.

La principal demanda, sin embargo, es para el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien pide que el Tajo «no pague los platos rotos» de su «falta de sintonía» con el máximo dirigente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en forma de trasvases y de una mala política hidrológica. «Esperamos cordura y que realmente sea un Gobierno progresista, que mire al río y que no haya venganzas al Tajo», insiste. «El Tajo siempre se lleva los palos», confiando en que ahora cambie realmente el rumbo en materia hídrica.

Las reclamaciones para el futuro Ejecutivo central en materia de agua serán las «básicas», las que se conocen desde hace tiempo aunque aún están sin cumplir. Por supuesto, el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Supremo que reclama desde hace meses los caudales ecológicos para el Tajo a su paso por Aranjuez, Toledo y Talavera. En segundo lugar, y no por ello menos importante, que se dé salida al Esquema de Temas Importantes (ETI) de los nuevos planes de cuenca, que acumulan más de medio año de retraso «guardados» a la espera del nuevo Gobierno. En ellos, se verá la apuesta del Ministerio y cuál es el modelo que quiere trasladar al Tajo.

Sánchez explica a La Tribuna que el ETI es un documento que refleja los mayores impactos que tiene la gestión del Tajo en la Península Ibérica, donde el mayor problema es que la cabecera se ha desgajado del resto del río, «quedándose desde los últimos planes de cuenca como almacén de los regantes privados del Segura».

A la espera de su publicación, espera que en él vuelva a entrar la cabecera como elemento fundamental y que se contemplen también los problemas que hay en Portugal por la gestión privada del tramo inferior del Tajo. «Portugal tienen un río muerto y no es debido a la sequía catastrófica sino a la gestión hidrológica privada que potencia otro sistema de proteción de energía eléctrica y no permite que vaya agua del Tajo a Portugal».

Además, no debe recoger solo los caudales mínimos ecológicos sino los caudales de crécida tanto en el Tajo como en el Alberche.

Desde la Plataforma talaverana confían en que «realmente haya un cambio de rumbo» en el Ministerio, ahora con vicepresidencia ‘verde’, y «que se crean de verdad todo lo que dicen de transición ecológica, Agenda 2030, del cambio climático y del impacto que este tiene en los ríos españoles». Todo ello, supondrá que haya una «nueva visión y estructuras» dentro del Ministerio, que agilice el cambio de modelo de gestión para que «dejemos de estar anclados en los postulados de los años 50 y 60 del pasado siglo y que tengamos un política hidrológica en España del siglo XXI, que la necesitamos urgentemente», añade Sánchez.

El mundo ha cambiado. Cada vez hay menos agua y cuando viene, es de forma torrencial por lo que «esa filosofía que se aplica de trasvases, de regulación, de gastar agua donde no hay que gastarla, hay que cambiarla».

 

«Ningún gesto». No cree el presidente de la Plataforma de los Ríos en Talavera que el descenso de agua en los dos últimos trasvases que han pasado de 20 hectómetros cúbicos, los habituales, hasta 7,5, haya sido un gesto conciliador por parte de la ministra Teresa Ribera. Más bien todo lo contrario. Miguel Ángel Sánchez lo define como un movimiento político con todo el interés ya que, si se trasavasa ahora todo lo que solicitaba la Comisión de Explotación, y siempre sin contar con el agua del mes de diciembre, el agua de la cabecera hubiera caído por debajo del límite trasvasable (400 hectómetros cúbicos) y no hubieran podido remitir agua al Levante durante la primavera. «Mejor mandar menos ahora y decir que es para consumo, que no remitir nada luego».

En su opinión, la ministra no ha hecho nada en favor del Tajo, «ha dejado que la cabecera siga en el raquítico 20 por ciento en el que está ahora y lo que tenía que haber hecho era no trasvasar nada en los últimos meses puesto que no hay necesidad de trasvases ni para abastecimiento en el Levante, ni para beber, es mentira, hay agua de sobra», mientras añade que la  cabecera del Tajo «está muy mal».

Por el Tajo Medio y Talavera no está mucho mejor. Aunque parece que el río tiene otra imagen después de las lluvias de hace un par de semanas, Sánchez asegura que en estos momentos debería tener entre cuatro y cinco veces más caudal que el actual, por lo que espera que al menos la primavera venga lluviosa.