TCM dedica mayo a la figura de un grande como Clint Eastwood

SPC
-

Los espectadores del canal pueden ver algunas de sus películas como 'Dos mulas y una mujer', 'El fuera de la ley', 'Poder absoluto', 'Deuda de sangre' o 'El desafío de las águilas'

Cumplir 90 años no está al alcance de cualquiera. Si además se llega a nonagenario en buena forma física, trabajando y planeando nuevos proyectos, el acontecimiento se convierte en algo excepcional. Es el caso de Clint Eastwood, que cumplirá los 90 el próximo 31 de mayo. Estrenó su última película como director, Richard Jewell, el pasado mes de noviembre y no piensa en la retirada. Si hay una buena historia que contar y la salud se lo permite, volverá a ponerse detrás de las cámaras. Seguro.

Con motivo de su cumpleaños, TCM ha preparado en su honor una programación muy especial. Los espectadores pueden ver en prime time cada día una de sus películas. Hoy proyectan Los puentes de Madison (1995), mañana El principiante (1990) y así sucesivamente hasta el 31. Serán desde westerns como Infierno de cobardes, Dos mulas y una mujer o El fuera de la ley, a thriller como Poder absoluto o Deuda de sangre pasando por filmes de acción o bélicos como El desafío de las águilas o Firefox, el arma definitiva. Pero aún hay más, las 48 horas de la programación de TCM durante el último fin de semana de mayo estarán dedicadas íntegramente a él.

Clint Eastwood nació en San Francisco. Sus comienzos como actor no fueron nada fáciles. A mediados de los 50 compaginaba su trabajo de intérprete con el de limpiador de piscinas. Le costó mucho consolidarse en Hollywood porque era demasiado alto y desgarbado. Incluso un productor le rechazó para una película por tener la nuez demasiado grande. En los años 60 se convirtió en estrella gracias a su papel de hombre sin nombre en Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo, los spaghetti western que dirigió en España Sergio Leone. Más tarde, en la década de los 70, explotó su lado más duro como Harry Callahan en la serie de películas de Harry el sucio.

En 1971 debutó en la dirección con Escalofrío en la noche y, desde entonces, se convirtió en uno de los cineastas más valorados por la crítica y apreciados por el público. Se le ha definido como «el último gran clásico» por la versatilidad de sus historias y por la sobriedad, concisión y precisión de su narración. En Los puentes de Madison rompió con su imagen de tipo duro e hizo llorar a los espectadores con una tierna historia de amor junto a Meryl Streep.

galardones. En 1993 hizo doblete en los Oscar ganando los premios a la mejor dirección y a la mejor película por Sin perdón, algo que repetiría en 2005 con Million Dollar Baby. Y cuando parecía que ya no le quedaba nada ya por demostrar, pasados los 65 años, rodó alguna de sus mejores películas como Mystic River, Banderas de nuestros padres, Cartas desde Iwo Jima, Gran Torino o Invictus. Una actividad que no ha cesado. En los últimos 10 años ha estrenado títulos como El francotirador, Sully, Jersey Boys o J. Edgar.

Si hay una cosa que Eastwood ama, igual o más que el cine, es la música, sobre todo el jazz. Filmó la vida y la muerte del saxofonista Charlie Parker en una de sus mejores películas, Bird. Él mismo toca el piano y ha compuesto la banda sonora de muchas de sus películas.

En los rodajes de sus películas se respira paz. Los actores adoran trabajar con él porque dicen que es metódico y tranquilo. Siempre cumple con los planes de producción e incluso termina de rodar unos días antes de lo previsto, ahorrando dinero del estudio. La suya es una de las carreras más brillantes, prestigiosas y populares en elmundo del celuloide.