La casa que heredó y subastó el Prado

Luis J. Gómez
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Ubicada en Cuesta del Can número 2, la legó la profesora Carmen Sánchez para adquirir y restaurar obras. La pinacoteca consiguió 140.000 euros en subasta pública

La casa que heredó y subastó el Prado - Foto: Yolanda Lancha

Parece una casa sin más del Casco de Toledo. Está en una calle estrecha del entorno misterioso de San Miguel, al que la mayoría de turistas no sube. La fachada es estrecha y tiene una puerta antigua de madera con la cabeza de un león labrado en el pomo. En el primer piso hay un balcón enrejado con un aparato de aire acondicionado fuera y con el cableado de la calle pasando por debajo. Tiene las persianas verdes y una placa de cerámica que marca el número de la casa con el dibujo del escudo de Toledo, como tantas otras.

El inmueble de la Cuesta del Can número 2 no está catalogado como inmueble de interés patrimonial o con aspectos de interés patrimonial. Y sin embargo ha estado vinculado, aunque solo temporalmente, con una institución que cumple dos siglos y que recibe más de tres millones de visitantes al año.

Esta es la casa que heredó el Museo del Prado en Toledo. El 14 de julio de 2016 falleció Carmen Sánchez, licenciada en Historia, profesora y Amiga del Museo del Prado. Legó su patrimonio a la pinacoteca «para la adquisición y restauración de cuadros, específicamente». Eso incluía una dotación de 800.000 euros y la casa de Toledo. Lo hizo a través de mandato testamentario y fue el 6 de marzo de 2017 cuando el director del Museo resolvió la aceptación de la herencia y durante ese año se iniciaron los estudios pertinentes para abordar la tasación.

En la memoria de actividades de 2018 del Museo del Prado, que se acaba de publicar, se dan más detalles de la operación. Se da el dato de que el inmueble estaba en la Cuesta del Can número 2 y que se decidió la enajenación de la casa por subasta pública. Así se consiguió adjudicar por 140.000 euros. La escritura de compraventa se formalizó el 24 de julio de 2018. Desde entonces el Prado dejó de tener casa en Toledo.  

Aunque Carmen Sánchez tenía una propiedad en la Cuesta del Can, su vivienda habitual estaba en Madrid de alquiler. Y además de legar dinero y su casa de Toledo, la profesora dejó al Prado algunos de sus bienes de interés artístico e histórico, como una colección estampas, tallas españolas anónimas del XVIII, un busto de Chaikovski de bronce y mármol, muñecos antiguos y mobiliario como una silla y un sillón de Thonet, Grifé y Escoda.

Con el dinero heredado y lo que se ingresó con la venta de la casa de la Cuesta del Can, la pinacoteca ha adquirido los óleos de ‘Retrato de un caballero’ del pintor flamenco del XVI Adriaen Thomasz Key y el retrato de ‘Giuseppe María Ferdinando Dal Pozzo’ del pintor alicantino de comienzos del XIX José Aparicio e Inglada. También ha adquirido un busto de mármol de carrara del XIV Duque de Frías del escultor cordobés José Álvarez Cubero, también de principios del XIX y un Benlliure, un busto de bronce de Samuel Cuttler Ward de 1884.

Con todas las obras que ha ido adquiriendo el Prado con el legado de Carmen Sánchez va a organizar una exposición propia que ya tiene fecha. Según aparece en la web de la pinacoteca, se inaugurará el 6 de octubre de este 2020 y durará hasta el 11 de abril de 2021. Estas obras las admirarán millones de visitantes y en parte ‘han salido’ de una casa sin más de una calle poco transitada del Casco de Toledo.