El 8 de septiembre, el municipio de Cebolla trepó a los medios de comunicación nacionales por la extraordinaria riada que se sumaba a las ocurridas en los últimos años y los cuantiosos daños ocasionados, así como por el riesgo que corrieron los vecinos. Casi cuatro meses después, el Ayuntamiento de Cebolla ha conocido las tres opciones técnicas presentadas por la Confederación Hidrográfica del Tajo para atajar estas anomalías en el cauce del arroyo Sangüesa.

El subdelegado del Gobierno en la provincia, Carlos Ángel Devia, comentó hace unos días a la alcaldesa de Cebolla, Silvia Díaz, el trabajo propuesto por los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo. «Estoy muy contenta de que se vaya avanzando. Pero estaré contentísima cuando se termine la obra», comentó ayer a este diario la representante municipal, quien hizo hincapié en que los vecinos temen todavía la lluvia, aunque ven ahora más cerca una posible solución.

Díaz recalcó que la opción elegida dependerá, por ejemplo, de las condiciones de expropiación para acometer la construcción de las balsas que aliviarán el cauce del arroyo Sangüesa. «Queremos ver la facilidad y la rapidez con que se puedan hacer», indicó al respecto. La piscinas se ejecutarán a pie de cauce para regular el agua que llega hasta el pueblo.

La alcaldesa señaló que la próxima semana barajarán fechas para una reunión entre el Ayuntamiento, la Confederación Hidrográfica del Tajo y la Junta de Comunidades para abordar el acometimiento de uno de estos proyectos en el cauce del arroyo Sangüesa. «Hasta que no sea vea cómo es más viable no se licitará la obra», aseveró la alcaldesa, quien recordó que la fecha primera de aprobación de las bases mencionaban el primer trimestre del año.

La ejecución dependerá de los plazos administrativos, puesto que el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Tajo están sujetos a la ley de contratación del servicio público.

A mediados del noviembre de 2018, se celebró en Cebolla una reunión entre responsables del Gobierno central, CHT, Junta, Diputación Provincial y Ayuntamiento cebollano para abordar soluciones con las que paliar las crecidas del arroyo Sangüesa. Tras el encuentro, el presidente de la Confederación, Antonio Yáñez, aseguró que el órgano de cuenca iba a asumir un estudio preliminar elaborado por la institución provincial, que contemplaba actuaciones «aguas arriba» del regato.

Sobre este punto, Yáñez resaltó que se iban a construir una o dos balsas para retener el agua en caso de crecida, así como para reducir la velocidad del arroyo cuando se produjeran fuertes precipitaciones. También apunto que el proyecto se llevaría a cabo en 2019 y prevería igualmente una restauración fluvial para mejorar el cauce del arroyo ante futuras inundaciones.

La última inundación sucedió el 8 de septiembre, aunque desde 2011 habían ocurrido otras menos graves, debido a una tromba de agua que provocó el desbordamiento del arroyo Sangüesa, que inundó gran parte de la localidad y dañó viviendas y edificios de uso público como el centro de salud y la biblioteca, donde se perdió el 80 por ciento de los fondos. La catástrofe desencadenó una reacción solidaria de todo el país, principalmente por la donación de miles de libros para la recuperación de los fondos perdidos por la acción del agua.