EEUU rinde homenaje a las víctimas de Tulsa

EFE
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El presidente, Joe Biden, declara el 31 de mayo como Día en Recuerdo de la Masacre, en la cual una turba racista asesinó a 300 personas negras en mayo de 1921

EEUU rinde homenaje a las víctimas de Tulsa - Foto: KEN CEDENO

El estado de Oklahoma está siendo escenario estos días de marchas y movilizaciones por el centenario de uno de los episodios más bochornosos de la historia de Estados Unidos, la masacre de Tulsa, en la que el próspero barrio de Greenwood quedó reducido a cenizas y una turba racista asesinó a unas 300 personas negras en mayo de 1921.

"Gente corriendo y gritando. Y ruido en aire como el de un avión, incendios y olor a humo y otras tantas cosas perturbadoras. Y luego pudimos escuchar a alguien en el vecindario diciendo que todos deberíamos irnos de la ciudad, que estaban matando a todos los negros. Fue aterrador", ha recordado Viola Fletcher, de 107 años, una de las últimas personas vivas que sufrió aquello para la NBC.

En víspera de la vigila que está prevista para este lunes y la visita a la ciudad del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el martes, el domingo los principales líderes religiosos de Tulsa y otras ciudades del estado han condenado no solo lo que ocurrió hace ya cien años, sino las décadas de silencio que vinieron después y han hecho un llamamiento para que se repare económicamente tanto a los pocos supervivientes, como a aquellas áreas que se vieron afectadas.

EEUU rinde homenaje a las víctimas de TulsaEEUU rinde homenaje a las víctimas de Tulsa - Foto: LAWRENCE BRYANT

Organizaciones civiles y congregaciones religiosas están defendiendo que esas reparaciones económicas puedan ir, no solo a las víctimas, sino también a mejorar la situación de los barrios más depauperadas, en especial aquellos del norte de la ciudad, en donde se congrega un mayor índice de población negra.

En 2001, una comisión estatal tasó en 30 millones de dólares los daños ocasionados al barrio de Greenwood, conocido por entonces como el 'Wall street Negro', una próspera área de la ciudad levantada por ciudadanos afroamericanos que acabó quemada y saqueada como consecuencia de los bulos del Tulsa Tribune, que además de acusar sin pruebas al joven de 19 años Dick Rowland de violar a una chica blanca, animó a su linchamiento.

Después de una noche de destrucción y de saqueos, en la que la propia Policía de Tulsa participó, Rowland, un joven limpiabotas a cuya supuesta víctima no se le tomó nunca declaración, fue trasladado de la ciudad y exonerado de toda culpa sin necesidad de que se celebrara un juicio.

"Simplemente es algo que se queda contigo. Es algo que no olvidas; piensas en eso todo el tiempo. Todas las noches, ya sabes, tengo la sensación de que es hora de correr y no sé qué puede pasar", ha dicho Fletcher.

"La gente estaba siendo asesinada y parecía que estaban asaltando las casas de las personas y llevándose sus objetos de valor. Estaban saqueando el vecindario, dañando casi todo lo que tenía la gente negra", ha contado.

 

Biden pide reflexionar y seguir luchando contra el racismo

"En los años posteriores a la destrucción siguieron leyes y políticas que hicieron que la recuperación fuera casi imposible. Después del ataque, se aprobaron ordenanzas locales que exigían nuevas y prohibitivas normas de construcción, las cuales no estaban al acceso de muchas familias negras", cuenta Biden, quien ha declarado el 31 de mayo como Día en Recuerdo de la Masacre de Tulsa.

"El Gobierno Federal debe tener en cuenta y reconocer el papel que ha desempeñado para despojar a las comunidades negras de la riqueza y las oportunidades", ha dicho Biden, quien se ha comprometido con Greenwood y otras comunidades negras a abordar estas desigualdades raciales "a través de inversiones históricas" para sus residentes.

La impunidad de aquellos días formó parte de una época de auge de linchamientos de la población negra, milicias supremacistas, como el Ku Klux Klan, y el afán de las empresas del ferrocarril y la industria por ocupar más espacio, así como los recelos que Greenwood levantó por su crecimiento económico y su demanda de igualdad de derechos.

Los últimos supervivientes prestaron declaración hace un par de semanas ante un comité del Congreso de Estados Unidos que está considerando la posibilidad de indemnizarlos a ellos y los descendientes de las víctimas, después de que en septiembre del año pasado se presentara una demanda civil contra la ciudad, el condado, y otras autoridades.