«Esto es la caldera del infierno». Con estas palabras define José Miguel Díaz, administrador de la comunidad de vecinos del número 2 Bis de la calle Navidad, la situación que se está viviendo en este portal del barrio de Santa Bárbara.

Los vecinos llevan diez años soportando la presencia de okupas en el inmueble. En total, de las nueve viviendas de las que se compone la comunidad, solo cuatro cuentan con propietario, mientras que las otras están okupadas y pertenecen tanto a una entidad financiera como a una sociedad considerada un ‘fondo buitre’.

La situación es insostenible, «una pesadilla que no cesa», y el administrador de la finca tiene muy claro que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto «antes de que pase una tragedia».

Okupas en calle Navidad: «Esto es la caldera del infierno»Enganches ilegales a la luz y el agua, puertas rotas, orines y heces en las zonas comunes, amenazas e insultos han sido desde hace años el plato habitual de los vecinos de este bloque de Santa Bárbara. Una situación que lejos de mejorar se ha ido agravando con el paso de los años, llegando a producirse situaciones en las que «se pinchan en las escaleras del edificio y trapichean con drogas con total impunidad. Les da igual ir al juzgado o a la cárcel, porque saben que saldrán enseguida».

De esta forma, cansado de llamar a la policía «y ver cómo se ríen de los policías en sus narices» y de que las autoridades políticas no tomen cartas en el asunto, José Miguel Díaz no descarta que cualquier día los vecinos exploten.

«Esto es una invasión de bárbaros y creo que ha llegado el momento de defenderse», afirma sobre unos problemas de convivencia y una psicosis con la okupación que se están extendiendo a otras zonas del barrio.

Okupas en calle Navidad: «Esto es la caldera del infierno»«Llevo otras comunidades de vecinos aquí en Santa Bárbara y han comenzado a detectar pintadas con las que creen que se marcan los pisos antes de ser okupados. Yo les digo que llamen a la policía y les informen, pero la verdad es que ya hay un psicosis», comenta el administrador de la empresa Unión Tryás ante un fenómeno que corre el riesgo de extenderse por falta de una respuesta clara de los poderes públicos.

«Algo hay que hacer, o que el Estado pague los gastos que generan estas personas, si es que se opta por proteger y fomentar la okupación frente a los propietarios legales, o bien la gente se va a tomar la justicia por su mano», alerta el administrador de fincas, que cree que en la calle Navidad de Santa Bárbara están a punto de llegar al segundo extremo.

«Esto es una invasión de bárbaros y creo que ha llegado el momento de defenderse», afirma sobre la situación límite que se está viviendo en ese bloque de pisos.

De diez contadores de luz, solo quedan los de los cuatro propietarios. Iberdrola quitó el suministro del contador de la comunidad en agosto al detectar que había otros pisos enganchados. Incluso uno de los propietarios intentó darse de baja de su contador al ver que le habían practicado un enganche ilegal, pero los okupas amenazaron de muerte al operario que fue a cortar el servicio.

«La situación de estrés constante ya afecta a los vecinos. Tienen miedo a irse de casa y que les revienten la puerta y se les metan dentro», se lamenta el administrador de la comunidad, afirmando que no es que allí haya situaciones de mala convivencia, es que «no hay convivencia alguna».