«El cine de este país necesita festivales para ser visible»

M.G
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El director de cine Benito Zambrano estrena en el Teatro de Rojas su última película 'Pan de limón con semillas de amapola'. El Festival CiBRA apuesta por el talento de este reconocido cineasta que siempre se presta a colaborar con el certamen

Benito Zambrano, director de 'Pan de limón con semillas de amapola'. - Foto: Kike López

Las salas comerciales estrenan 'Pan de limón con semillas de amapola', ¿un título de una buena receta?

Sí. A los que somos chucheros nos gusta el pan y a mi me encanta.  Es la receta de algo que puede ser muy bonito, una película que hemos hecho con mucho cariño y amasado con mucho amor. Hemos intentado que estén los ingredientes de una buena película, que sea entretenida, que te haga sentir, como las que a mí me gustan, de reflexionar, reír, que te cuenten algo y te atrapen. Es una película para que la gente la disfrute en el cine y vivirla en compañía.

La película se ha proyectado en la Seminci de Valladolid y el viernes se estrenó en salas comerciales y en el Teatro de Rojas dentro del Festival CiBRA. ¿Ayuda en algo su paso por estos certámenes o el hecho de que sea un director reconocido desde hace tiempo allana el camino?

El cine que hacemos en este país necesita los festivales para ser visible. Nunca tenemos el suficiente dinero para hacer todo lo que queremos hacer, teniendo en cuenta además que estamos en un mercado complicado y, sobre todo, ahora que estamos en la pandemia. Económicamente no nos podemos acercar ni un poco al poder ni a los medios que tienen las grandes distribuidoras norteamericanas. Además, también es fundamental para las películas de los directores más reputados. Queremos ir a Cannes, a Berlín, a San Sebastián...

Los festivales tienen una función muy importante como espacio de encuentro de los profesionales, de los medios y del público, también en la promoción de cine que muchas veces no se va a ver en las salas. A lo mejor yo tengo un poco más de suerte porque tengo una trayectoria más o menos reconocida, pero hay mucho cine de otros países, por ejemplo, que si no fuera por los festivales la gente no lo vería.

Esta película ha costado cuatro años sacarla adelante y con la pandemia como remate. ¿Cómo ha sido la experiencia y cómo ha afectado?

La pandemia nos ha destrozado a todo el sector. Toda la industria tuvo que parar y ha habido que recuperar el nivel de producción con un sobrecoste por las medidas covid porque no podíamos trabajar con mascarilla y había que hacer pruebas a todos, incluidos los figurantes. Yestos costes se gastan en la producción, pero no se ve en la pantalla. Por lo demás, tuvimos la suerte de poder encerrarnos en las localizaciones y aguantamos bien el tirón del rodaje y pudimos controlarlo al crear nuestra propia burbuja.

Centrar la película en dos hermanas exigirá mucha precisión a la hora de no caer en tópicos y que el támdem cale en el espectador, ¿no?

Caer en los clichés es algo de lo que huimos todos sea la película que sea y será el reto de cualquier trabajo. Todos lo evitamos porque ahí va nuestro orgullo profesional y en el caso del cine más todavía por la potencia que tiene de contar historias. Si lo hemos conseguido lo tendrá que decir el espectador. De momento, el piropo más bonito que nos ha trasladado el público que ha visto la película es que es una película como la vida misma. A mí me hace muy feliz este tipo de comentarios porque me gusta que la gente vea una película mía y sienta que le cuentas algo, que le emocione lo que vea y parece que hemos hecho una película que conecta.

En el sector muchas actrices se quejan de la falta de papeles y de que incluso se elige a las actrices jóvenes  para encarnarlos, pero en su cine hay otro rollo y es diferente. 'En pan de limón con semillas de amapola' las protagonistas tienen 40 y 50 años. ¡Tendrá cola de actrices en su puerta!

Tengo la fortuna de ser un director al que le gustaría trabajar con muchísimos actores. Es cierto lo que dices. Los actores están en una profesión donde hay mucho paro y hay muchas actrices muy buenas en una franja de edad complicada y también otras muchas de mayor edad para las que apenas hay personajes maduros. Entiendo que las actrices se quejen. En mis proyectos eso no ocurre porque siempre me ha gustado más la gente que tiene edad, porque acumula más experiencia y tiene una mirada de la vida, que la gente joven.

Se refería al paro en el sector. ¿Las plataformas de televisión no están ayudando a lanzarlo con tanta película y serie?

Está provocando una enorme actividad, hay muchísima gente trabajando y está permitiendo el desarrollo de muchísimos guionistas y se está moviendo la industria. Además, también es mejor que se invierta en producciones españolas que en extranjeras. A nivel de contenido y de quién lo controla es distinto porque al final el canal de distribución no es siquiera europeo y decide sobre los contenidos. A mí me asusta pensar quién decide lo que se publica, se ve y se oye.

Cristina Campos, la autora de la novela, no se lo ha puesto difícil a la hora de trabajar juntos en el guión de la película.

Cristina tiene una cosa muy buena porque viene del universo del cine, es cineasta como yo y lleva muchos años trabajando en el oficio y sabe perfectamente de qué va hacer una película. Y ha sido consciente de que lo importante cuando se escribe el guión es la película y no el libro. Desde el principio tuvo claro que ella quería participar como guionista, que lo es antes que novelista. Cristina ha peleado tanto como yo porque salga adelante el proyecto y a la hora de entendernos ella se ha desprendido de la novela, que ya nadie se la iba a quitar porque es la creadora de la historia, para elaborar el guión con el objetivo de que funcionase la película.

A pesar de que su nombre se liga al cine español con mayúsculas porque es un director reconocido y muy premiado es como el garbanzo negro del cocido porque huye de egos y se nota mucho, algo que no suele ser habitual.

Sería una estupidez pensar que la película es el director. El cine es un arte que se trabaja en equipo y depende de muchísima de gente, de los creadores de la idea, porque el guionista es fundamental, de los productores que sean capaces de crear el proyecto y busquen la financiación... Obviamente hacer una película es un trabajo de equipo, de una creación colectiva que necesita del talento, de la profesionalidad y del oficio de mucha gente y todos tienen que aportar en la receta. Egoístamente, me aprovecho, en el sentido bonito de la palabra, del talento, de la energía y de la ilusión y todo eso no aparece en la nómina que se paga muchísimas veces.

No podemos pensar que la película se limita a un rodaje. Es un todo y necesita la producción, el montaje, el sonido, los títulos de crédito, el diseño del cartel, la promoción de la película... También es importante el señor o la señora que proyecta las películas en el cine

Pero no todos los directores son tan generosos y valoran así a todos los profesionales del sector.

Pues yo lo tengo claro siempre y lo creo. También es fundamental el público, no se nos puede olvidar nunca. Está claro que una película si no se ve no existe, se queda en un dispositivo archivada. El cine se hace y el público le da sentido.

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