Australia revela al menos 39 "asesinatos ilegales"

Europa Press
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El jefe de las Fuerzas de Defensa ha indicado que el Gobierno australiano debería pagar una indemnización a las familias de las víctimas de dichos crímenes en Afganistán

Australia revela al menos 39 "asesinatos ilegales"

La comisión especial designada por el Gobierno de Australia para investigar la labor del Ejército durante su participación en la guerra de Afganistán (2001-2014) ha revelado que al menos 39 civiles fueron "asesinados ilegalmente" por las tropas australianas y se han aportado pruebas de un "historial vergonzoso" de algunos de sus efectivos, que vendrían a corroborar los rumores sobre crímenes de guerra cometidos.

El documento, que se ha presentado este miércoles pide la investigación criminal, el enjuiciamiento y la retirada de las medallas de 19 soldados, y también recoge el trato "cruel" contra otros dos civiles por parte de las tropas australianas.

"La respuesta a la pregunta, '¿hay fundamento para los rumores de crímenes de guerra por parte de los elementos del Grupo de Tareas de Operaciones Especiales' debe ser, tristemente, 'Sí, lo hay'", concluye el escrito, que forma parte de una investigación designada por el Gobierno del primer ministro conservador, Scott Morrison.

Hace una semana, el propio Morrison avanzó que había "un número significativo de incidentes" y "conductas probablemente criminales" que debía investigarse, antes de que el Gobierno anunciara la publicación de un informe sobre algunos episodios protagonizados por integrantes de las tropas australianas entre 2005 y 2016 en Afganistán.

Los resultados de la investigación final sobre estos posibles crímenes de guerra cometidos durante la guerra de Afganistán han mostrado que hay "información creíble" de que 25 miembros actuales o antiguos de las Fuerzas de Defensa de Australia estuvieron involucrados en delitos graves, ya sea cometiéndolos o siendo "cómplices".

"Al pueblo de Afganistán, en nombre de las Fuerzas de Defensa de Australia, le pido disculpas sinceras y sin reservas por cualquier maldad de los soldados australianos", ha explicado este jueves el jefe de las Fuerzas Armadas australianas, Angus Campbell, que ha hecho público el informe final de la investigación.

Además de pedir perdón públicamente, por su parte, el Inspector General de las Fuerzas de Defensa de Australia, Paul Brereton, ha indicado que el Gobierno australiano debería pagar una indemnización a las familias de las víctimas de dichos crímenes en Afganistán.

 

"Falsos positivos" afganos  

De estos supuestos asesinatos ilegales, ha detallado Campbell, ninguno "estaba en el fragor de la batalla", según declaraciones recogidas por la cadena de televisión ABC. Es más, ninguno de ellos "se produjo en circunstancias en las que la intención del autor no estuviera clara, fuera confundida o equivocada".

En este sentido, Brereton ha explicado que no se descartan estos actos como "decisiones discutibles tomadas bajo presión en el fragor de la batalla", aunque en los casos en los que se ha obtenido información sobre crímenes de guerra son aquellos en "los que estaba, o debería haber estado, claro que la persona asesinada era un no combatiente".

Brereton ha descrito una técnica empleada por los comandantes de patrulla conocida como 'blooding', en que los soldados más jóvenes eran animados a disparar a los prisioneros para matar por primera vez.

También ha explicado que otro procedimiento habitual de algunas tropas era llevar armas, radios o granadas para colocarlas junto a los cadáveres de civiles afganos para hacerlos pasar por "objetivos legítimos" ante posibles investigaciones posteriores, técnica que se convirtió en algo "para ocultar los asesinatos ilegales deliberados".

"Es mi deber y el de mis compañeros jefes arreglar las cosas", ha subrayado Campbell.

 

Preocupación ante la "cultura guerrera" de las tropas  

El informe ha revelado, por otro lado, que algunos escuadrones de las fuerzas australianas "no estaban bien entrenados, sino que más bien eran abandonados a su suerte para que se hundieran".

También ha señalado la responsabilidad directa del Regimiento de Servicio Aéreo Especial y de los suboficiales que propagaron una "cultura guerrera" y una "competitividad tóxica", que llevó a algunas tropas a "tomar atajos, ignorar o doblegar las reglas".

Al respecto, Brereton ha recordado que "los operadores de las Fuerzas Especiales deben enorgullecerse de ser soldados profesionales modelo, no de ser 'héroes guerreros'".

Ante el asesinato de civiles, la investigación ha encontrado interpretaciones "liberales" en algunas tropas respecto a cuando una persona podría ser considerada "directamente involucrada en las hostilidades" y convertirse en objetivo.

Desde 2016, el inspector general de las Fuerzas de Defensa de Australia (ADF, por sus siglas en inglés) ha estado examinando las denuncias de homicidios extrajudiciales ilegítimos y posibles infracciones de la ley de los conflictos armados en Afganistán, ha recordado la cadena ABC.

Los resultados, no obstante, han sido difíciles de conseguir en una "cerrada, estrechamente unida y altamente compartimentada comunidad de las Fuerzas Especiales, en la que la lealtad a los compañeros, a los superiores inmediatos y a la unidad se consideran primordiales, en la que el secreto es fundamental y en la que los que se filtran son anatema", ha incidido Brereton.