Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


John Lennon versus John Ono Lennon

05/10/2021

No soy muy experto en demasiadas cosas: algo de pedagogía de la carrera aunque desde luego yo no me llamaría experto, entiendo un poco de pintura española de las décadas de los 60, 70 y 80, algo de música sobre todo de la época aquella que llamaron ‘La Movida’ y poco más  como saber hacer una crónica futbolística, etc;  existe sin embargo un tema del que si me siento dominador como no muchos otros, se trata de que tengo un buen conocimiento de The Beatles a quienes considero no sólo unos magníficos músicos sino un verdadero fenómeno que convulsionó el planeta durante los años que estuvieron en activo, apenas del sesenta y dos al sesenta y nueve; cambiaron la moda, la juventud, el concepto mismo de ser joven, las finanzas –parece que retrasaron varios años la caída de la libra debido a la entrada de divisas en su país- y lo que todos sabemos, todo esto es grandioso, ocurre que por lo leído estoy en total desacuerdo con el papel que se le ha asignado a John Lennon en todo el asunto, una especie de santo laico que debió estar lejos de ser, es más yo diría que en persona debía ser poco menos que despreciable. Creo que hay poco del santo laico que algunos, sobre todo progresistas, le han querido tachar.
En esto coinciden todos o casi todos los que han escrito de él, dicen que por un sentido de sinceridad llevada al máximo, pero que no creo de recibo ni en Lennon ni en nadie, siguiera a los impedidos o con alguna tara, por la calle imitando y riéndose de sus defectos y haciendo burlas de ellos, tampoco me parece precisamente de santo espetar un día a su hijo Julian que no era el fruto del amor entre él, John y su madre Cintia sino de un viernes por la noche y una botella de Güisky y no sé cuántas cosas de este tipo. No, por mucha obstinación que pongan y se empeñen, mi admirado John Lennon no debió ser ninguna joyita aunque confieso que para mi gusto escribió algunas de las mejores canciones del grupo como ‘I’m a loser’, ‘A day in the life’, ‘Strawberry fields forever’ y sobre todo ‘Help!’ que considero quizá la mejor canción del cuarteto con toda la fuerza y el entusiasmo de la primera época pero ya con una letra con peso que es cualquier cosa menos intrascendente. Con Yoko Ono, cuando cambió su nombre por el de John Ono, siguió desde luego haciendo música increíble, pero esa es otra historia.