El vertido de la Cuesta de la Ciudad parece lejos de tener una solución. A los problemas con el gasoil procedente de la fuga de la calle Trinidad, concretamente desde la sede de Radio Santa María, se han unido el fin de semana filtraciones de aguas fecales que afectan al pozo principal y que «tarde o temprano acabarán pasando a los otros dos» que posee el establecimiento afectado. Julián Baños, su propietario, afirma que «ni unos ni otros le dan una solución». Ni el Ayuntamiento porque la concejal de Obras y Servicios Medioambientales, Noelia de la Cruz, «afirma que es un problema entre particulares, cuando hablamos de la contaminación de aguas subterráneas que, además, afectan a un edificio con una protección especial» (está catalogado como «P» dentro del Plan Especial del Casco Histórico). Ni Medio Ambiente -a excepción de la implicación de uno de sus técnicos-, «porque me dicen que Tagus no puede sacar el vertido porque contiene gasoil». Sí se ha producido ya una llamada de disculpa por parte del ecónomo diocesano. «La principal novedad ha sido la visita del jefe de Tagus», que se produjo ayer. Sin embargo, señala Baños, «el problema se mantiene: iban a venir el viernes a recoger el vertido y no lo hicieron; después, el lunes, y tampoco». En vísperas del puente de la Constitución, «que es la mayor fuente de ingresos del año», el director de la empresa Entorno Toledo, dedicada al turismo, teme no poder abrir en estas condiciones. Más aún cuando al olor del vertido se suma el de las aguas fecales, que, al parecer, se filtran por una pared, «algo que no me había pasado en los 18 años que llevo en ese local». La teoría particular de Baños -«particular», reitera- es que «al estar colmatado el freático por la entrada del gasoil, las aguas tengan que buscar una salida». Sea como fuere, añade que él denunció la situación el 5 de agosto y que son ya cuatro meses con su negocio en este estado.