Un intento de soborno en el Toledo de 1939

A,D.M.
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El gobernador civil impuso a Jerónimo Pérez-Grueso una multa de 5.000 pesetas por pretender acelerar la tramitación de un expediente. Había dejado un billete de 500 pesetas, enrollado alrededor de un puro, en la mesa del subdelegado de Abastos.

Un intento de soborno en el Toledo de 1939

El viernes 3 de noviembre de 1939, el periódico El Alcázar recogía en una de sus columnas de portada, entre lógicos temores por el inicio de la Segunda Guerra Mundial -el Tercer Reich había invadido Polonia apenas dos días atrás- y la visita a Barcelona del campeón mundial de boxeo, el alemán Max Schmeling, la condena a un toledano por intento de soborno: «Envolvió un cigarro puro en un billete de 500 pesetas», manifestaba el titular, editado junto a una fotografía del propio Führer en pleno teatro de operaciones.

El condenado se llamaba Jerónimo Pérez-Grueso Ávila y había sido detenido tras haber dejado sobre la mesa del subdelegado de Abastos, señor Palacios, «un billete de 500 pesetas arrollado a un cigarro puro» como medio de «acelerar» la resolución de un expediente en el cual estaba interesado.

Lejos de aceptarlo, el incorruptible funcionario dio cuenta del intento de soborno al gobernador civil, Manuel Casanova -quien años después habría de convertirse en director del diario deportivo Marca y jefe del Sindicato Nacional del Espectáculo-, que ordenó la detención de Pérez-Grueso y le impuso como sanción gubernativa, acusado de intentar «causar desprestigio a las autoridades del Estado», una multa de 5.000 pesetas.

Nacido en 1874, Jerónimo Pérez-Grueso era en 1939 administrador de una fábrica de fideos propiedad de la viuda de Gustavo Morales. En el pasado había tenido ya que enfrentarse a varias condenas por fraude, como la que a finales de agosto de 1916 -entonces fue solo una multa de 50 pesetas- le impuso el Ayuntamiento por haber intentado vender pan con menos peso de lo establecido. En total le fueron incautados 63 kilos, los cuales, por orden del alcalde, se enviaron al comedor de caridad. No parece que la medida le afectara demasiado, pues solo algunas semanas más tarde le serían decomisados 28 kilos más. En 1926 era vocal de la Asociación de Labradores de Toledo.