El Quijote Rugby Club: la gran familia sagreña del oval

Álvaro de la Paz
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Más de un centenar de personas, incluyendo entrenadores, jugadores, familiares, representantes políticos y de las federaciones nacional e internacional, participaron en la fiesta de fin de curso celebrada en Yuncos

Foto de familia de todas las secciones del Quijote Rugby Club. - Foto: Dominguín

El Quijote Rugby Club celebró el sábado, en el Campo Municipal de Deportes Ceferino Toribio de Yuncos, su tradicional clausura de la temporada. Más de un centenar de jugadores y aficionados participaron de las actividades propuestas, que incluyeron varios partidos tocata, un asado y un concierto con música rock. Los concejales de Deportes de Yuncos e Illescas, Rafael Reina y Belén Beamud respectivamente, también se sumaron al evento. Además, Eliseo Patrón, secretario general de la Federación Española de Rugby, y José Miguel Gorrotxategui, mánager de Desarrollo de World Rugby, se acercaron hasta la localidad sagreña para compartir este evento festivo.

El curso que concluye profundiza en el crecimiento del club, un despegue sostenido a lo largo del tiempo y visible en la ancha estructura que le soporta. La cuota más positiva viene de la mano de Los Hidalgos, la sección inclusiva. El presidente del club, Javier Humanes, desgrana las cifras de jugadores que desarrollan su pasión bajo los colores blanco y morado. Los nombres de los equipos aluden al universo que Cervantes imaginó para su obra más representativa. Unas cuatro decenas de veteranos defienden el honor de Los Sanchopanzas; 30 lo hacen en el primer equipo y una quincena de mujeres integran Las Dulcineas. Las chicas del Quijote comparten equipo con las madrileñas de Majadahonda.

La cantera es la base sobre la que se sigue cimentando el futuro más inmediato de la institución. Humanes recuenta alrededor de 18 jugadores en categoría sub 18; 15 por debajo de los 16; 24 con menos de 14 años y una veintena de niños con menos de doce años. Hasta que cumplen 16 años, chicos y chicas juegan juntos.

El buen desempeño de sus jóvenes es un motivo de orgullo para el máximo dirigente del club. Confía en que dentro de dos o tres años, alguna de sus chicas, ya destacada en categorías inferiores regionales y nacionales, pueda defender la camiseta española. Una dulcinea de formación dentro del Quince del León se intuye posible.

La familia del Quijote ha ido creciendo con el paso de los años: la concurrencia de sanchopanzas, hidalgos y dulcineas bajo un mismo escudo evidencia su atractivo social. El club refleja la diversidad de la zona donde está asentado. Buena parte de la ciudadanía de este enclave limítrofe entre la provincia y la Comunidad de Madrid se ve representada en los diferentes equipos del club.

Humanes alude a la visión de comarca que tiene Quijote, a su carácter de entidad supramunicipal y agregadora de diferentes localidades en La Sagra toledana, Illescas y Yuncos principalmente, y La Sagra madrileña, entre otras, Griñón o Valdemoro. El presidente explica que la segunda camiseta del club lleva los colores azul y naranja, los que forman la enseña de la mancomunidad de La Sagra Alta.

La fiesta puso el colofón a otra temporada de éxito. Horacio Ferreria, ‘el guardián del espíritu’, como lo define Humanes, contempla cómo germina la semilla del rugby que plantó en La Sagra hace algo más de una década. El esfuerzo de la familia da frutos: el Quijote Rugby trasciende la barrera del deporte y amplía su horizonte hacia el desarrollo social, el bienestar y la cultura. El oval les une.