Mercadillo para una escuela en Benín

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Don Braulio Rodríguez y la alcaldesa Milagros Tolón inauguraron ayer este rastrillo donde se puede encontrar de casi todo y que está atendido por las voluntarias de Manos Unidas

Mercadillo para una escuela en Benín - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

Manos Unidas de Toledo ha inaugurado en la sala de exposiciones del Arzobispado (calle Trinidad 1) su tradicional Mercadillo Solidario cuya recaudación va destinada a construir  en Benin (África) una escuela de educación Primaria y un módulo de tres clases en un instituto de Secundaria que ha crecido y necesita ampliarse.

Uno de los sacerdotes que trabaja en Benín, el padre Marcos Delgado, pide una oración para un compañero secuestrado en Níger por yihadistas en septiembre del año pasado del que no saben nada, si está vivo o muerto.

En cuanto al mercadillo, indica que los beneficiarios son niños de una parroquia en el norte del país donde la Iglesia católica está en fase de implantación.

Señala que en los 30 años que lleva allí se ha pasado de no tener escuelas a que ahora haya un ‘boom’ y todos los pueblecitos quieran la suya pero que son de adobe y Manos Unida les ayuda a que sean de cemento y zinc, con pupitres, etc.

Recalca que las escuelas pagadas desde Toledo están casi acabadas (participa la gente de los pueblos trabajando en lo que pueden dentro de sus posibilidades) y que ya se dan clases.

El arzobispo don Braulio Rodríguez bendijo el mercadillo alabando una actividad que también tiene un simbolismo con la trasciende su importancia ya que el rastrillo no es una de tantas cosas que suceden en Toledo sino que viene a recordar «algo que tiene que llegar al corazón de los que mandan, de los que pueden cambiar la situación, los que pueden hacer que la gente no muera de hambre porque eso es absurdo y ridículo».

También menciona que el Papa insiste en «la casa común» como un lugar donde hay vida y una mesa para que la gente coma alimento y lo que sacia las otras «hambres, que son muchas»

En resumen, espera que el Mercadillo sea un «eslabón de una cadena cada vez más grande capaz de ayudar a esos niños que no pueden ni bostezar porque no tienen nada que llevarse a la boca».

La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, agradece por su parta la labor que realiza Manos Unidas «los 365 días del año» y comparte la reflexión del arzobispo. Cree que haya gente pasando hambre «deja mucho que desear y dice mucho de cómo lo estamos haciendo» por lo que opina que es hora de que los dirigentes actúen.

 Recuerda que  el Ayuntamiento de Toledo colabora con esta y otras organizaciones que trabajan para ayudar a quienes menos tienen y que en Perú inician con Manos Unidas un nuevo proyecto (con la concesión de una ayuda de 21.000 euros para el desarrollo de un programa de Cooperación Internacional para promover la igualdad de derechos sociales, políticos y económicos de la mujer en Contumazá).

Tolón dice que su prioridad es la gente de Toledo pero también echar una mano en países muy necesitados de ayuda.

En la inauguración estuvieron también el presidente diocesano de Manos Unidas, Antonio Juanes-Cuartero, el sacerdote Javier Salazar y las voluntarias que colaboran con la asociación, entre otros.

El delegado de Manos Unidas destaca  que este proyecto de Benin por un importe de 64.463 euros (uno de los 17  que Manos Unidas de Toledo financia en países de América, Asia y África) tiene el objetivo de mejorar las condiciones educativas de los alumnos en La Donga aumentando la escolarización y fomentando el estudio entre los alumnos de dos escuelas mediante la construcción de módulos de aulas en cada una de ellas.

El número de beneficiarios directos es de 281 niños  que tendrán acceso a la educación en condiciones dignas en poblados ubicados al noroeste de la República de Benín y a 450 kilómetros de Cotonou, capital económica del país.