Crece el deterioro del pabellón de visitas del Barrio Avanzado, que costó 600.000 euros

J. Monroy | TOLEDO
-

Los vecinos el entorno se muestran alarmados por el estado de la valla perimetral que presenta en varias zonas las planchas metálicas caídas. También roba espacio al aparcamiento

Iba a ser un proyecto revolucionario para Toledo. Al final del Polígono, hacia Ocaña, en una parcela propiedad de la Junta de Comunidades, el Barrio Avanzado traería una inversión de cuatrocientos millones de euros para crear dos mil viviendas y un enorme pabellón, en un moderno entorno urbano planeado por el arquitecto Jean Nouvel. La Junta incluso llegó a sacar a licitación su urbanización por 26,2 millones de euros, y creó un pabellón de visitas por seiscientos mil.

Hoy el Barrio Avanzado es un erial tras una valla, repleto de tomillo y retama. Grupos de jóvenes se divierten cazando conejos con hurón, y el enorme edificio inicial está abandonado a su suerte, lleno de butrones por los que entrar, con el interior vacío y el exterior convertido en una vergüenza para la ciudad.

Lo primero que llama la atención en el entorno del «fallido Barrio Avanzado», como lo llaman los vecinos, es su valla perimetral. Al final de Boladiez hay un paso de cebra que cruza Río Ventalomar. Si algún ciego, siguiendo el pavimento rugoso, prosiguiera su curso, se chocaría de bruces con la valla metálica que tanto molesta a los residentes del entorno. La colocó provisionalmente la Junta para tapar el terreno y los escombros que allí había entonces para la contrarreloj de la Vuelta a España. Ya entonces, la Asociación de Vecinos El Tajo advirtió que, si se hacía, tenía que ser en el interior del terreno, para no acabar con los aparcamientos. Sin embargo, parece que era más barato hacerlo sobre el asfalto. Así que no sólo no se transformaron los aparcamientos en línea a batería, como constaba en el proyecto, sino que desaparecieron todos. Hoy los nuevos vecinos del entorno tienen necesidades de estacionamiento, y no saben dónde meter el coche.

Pero con todo, eso no es lo peor de la valla. Cada vez que sopla el viento con fuerza salta alguna plancha metálica, con el peligro que eso supone. Hace tiempo que se sustituyeron algunas por una valla de alambre. Pero a la altura de la rotonda de Boladiez, se han desprendido al menos siete metros más de valla, que están en el suelo. En algunos lugares, los tornillos que tienen que enganchar las planchas están sueltos, y tan sólo las sujetan unos alambres. El temor de los residentes es que puedan salir volando y chocar con algún coche, o golpear a los peatones.

Interior del Barrio Avanzado. Pasada la valla, en el interior de lo que tenía que ser el Barrio Avanzado, el caminante siente a medida que se aproxima al antiguo pabellón de visitas que se encuentra en una película apocalíptica.

El espacio agreste está relleno de tomillo y retama. Es el típico paisaje toledano, repleto de conejos, que grupos de jóvenes cazan con hurón. Lo que llama la atención sobre todo es el abandono del inmueble construido, licitado en su día por 568.859,2 euros.  El pabellón de visitas se levantó en una parcela de 1.274 metros cuadrados en el límite sur-oeste del Barrio Avanzado y cuenta con un total de 318,65 metros cuadrados edificados.

Desde lejos ya se aprecian las carencias del edificio, motivadas por el vandalismo. El entorno vegetal de la parcela y las escaleras están sorprendentemente bien conservados. Incluso parece que funciona el riego por goteo. Quizás por eso, o por las últimas lluvias, las numerosas cajas de registro (abiertas y sin cables) están inundadas. Suponen un peligro para los viandantes, porque algunos tienen una importante profundidad.

Tras las primeras ocupaciones, la Junta tapió la puerta de entrada del edificio. Pero de poco ha servido, porque en estos momentos hay hasta tres butrones, el primero de ellos en la misma entrada clausurada. La consecuencia es que en todos los alrededores están esparcidos materiales de obra, e incluso un sanitario o sillones del antiguo mobiliario.

Desde fuera se ven varias pintada en el interior del inmueble. Junto a uno de los butrones incluso hay una estructura que sirve de barbacoa, construida con los ladrillos del mismo edificio.