Un mensaje de Navidad que trae esperanza

Lola Morán Fdez.
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Vicente Cuesta, fisioterapeuta del Hospital de Talavera, dará este jueves el pregón navideño, donde contará su experiencia tras superar el Covid y mandará un mensaje de que «se puede salir»

Un mensaje de Navidad que trae esperanza - Foto: Manu Reino

Este año 2020 tan atípico marcado por la pandemia del coronavirus se despedirá con una Navidad diferente, en la que muchos recordarán a quienes han perdido por culpa del Covid, otros tantos agradecerán no haber tenido que decir adiós a nadie a causa de esta enfermedad y otros muchos dando gracias a quienes han luchado para acabar con esta situación desde el ámbito sanitario. Entre quienes han estado en este frente está el talaverano Vicente Cuesta Laguna, fisioterapeuta del Hospital Nuestra Señora del Prado, quien ha conocido en primera persona lo que supone esta patología, tanto desde el ámbito profesional como personal.

De ahí que este año haya sido el escogido por el Ayuntamiento de Talavera para pregonar la Navidad, con el fin de reconocer en él «a todas las personas que llevan tiempo luchando y trabajando para salir adelante de esta pandemia», puesto que Cuesta «refleja esos valores, tanto en lo personal como en lo profesional», tal y como anunció el pasado 30 de noviembre el concejal de Festejos.

Cuesta, licenciado en Antropología, entrenador de fútbol y miembro de los grupos musicales Banda de la Cerámica y Anafusa, dará su pregón este jueves 10 de diciembre, y será retransmitido por youtube a través del portal www.talaveranavidad.es a partir de las 20:00 horas.

Como explica a La Tribuna, este encargo supuso toda una «sorpresa» pero se siente «muy orgulloso», más aún si cabe siendo talaverano «de padres, abuelos y bisabuelos». Con este pregón, aprovechará para contar tanto cómo eran sus Navidades como su experiencia ante el coronavirus y cómo va superando esta situación. Sin embargo, recalca, «no quiero ser trágico, simplemente dar esperanza, que se puede salir, porque yo estuve para allá». «Lo he pasado y he sobrevivido, pero tenemos que tener cuidado, aunque hay que seguir viviendo», recalca, positivo.

Cuesta asegura sentirse «bien», reconoce que «no como antes» de contagiarse de Covid-19, pero recalca que, para como ha llegado a encontrarse semanas atrás, ahora está «muy bien». De hecho, permaneció 28 días en la UCI, donde estuvo en coma inducido, y otros 17 en planta, hasta el total de 45 días que estuvo ingresado. El alta hospitalaria llegó el 22 de mayo, aunque no fue hasta finales de junio cuando dio ya negativo en coronavirus. Como precisa, no fue hasta la séptima PCR -2 de ellas en el hospital  y tras cinco cuando ya estaba en su casa- cuando ya no dio positivo por Covid-19.

Por esto, hasta el pasado julio no empezó la rehabilitación en el hospital, que sigue haciendo todavía hoy, y que compaginaba con la que llevaba a cabo en su propia casa, ya que su mujer, como él, también es fisioterapeuta.

«Lo que más tuve fue una falta de fuerza bestial porque me quedé sin músculo, perdí 30 kilos en total, no podía ni comer, ni rascarme, ni nada», explica, con el añadido de que «tampoco podía hablar mucho» porque la enfermedad le afectó a una cuerda vocal.

Descubrió que tenía Covid el 7 de abril, día en el que, al tener una fiebre alta, su mujer le hizo una prueba de saturación y vieron que, si lo normal es que sea de entre 90 y 100, él estaba en 78. Se fueron a Urgencias, donde ya había bajado a 58, y fue cuando le ingresaron directamente en UCI.

Todavía le falta recuperar masa muscular pero «ya nada grave», explica Cuesta, quien reconoce que no tiene recuerdos de su estancia en UCI ni de los dos primeros días en planta. Por eso, insiste en que si bien él sufrió la enfermedad, «en realidad quien lo sufre es la familia». «Mi mujer también había dado positivo y no se acercaban mis hijos a casa, donde ella estaba todo el día sola esperando la llamada del hospital»para ver cómo se encontraba él.

Explica que algunas de las veces los mensajes que llegaban a la familia eran que se encontraba «muy mal», si bien en esta enfermedad «varía de un día para otro». Ya en planta, afirma, sabía que iba a salir de ésta, además de recibir el apoyo de compañeros que trabajan en el hospital. También quisieron arroparle en su salida del ‘Nuestra Señora del Prado’ para continuar con su recuperación en casa, para lo que le recibieron en la puerta con cariñosos aplausos mientras era conducido en silla de ruedas hasta la ambulancia que le llevó a su hogar. Una escena que enseguida se volvió viral en Talavera, donde es muy conocido este fisioterapeuta que, como reconoce, está «deseando trabajar» de nuevo.