«Es irónico decir que pensábamos empezar así», reconoce Quique Soto. El entrenador del Cobisa FS, con total sinceridad, asume que el arranque de competición en el Grupo 16-A de la Tercera castellano-manchega está por encima de las expectativas del cuadro amarillo con la franja roja. «Teniendo en cuenta los rivales que íbamos a tener y sus plantillas, uno no esperaba estar ahora con tanta diferencia sobre el segundo», explica.
Con ocho triunfos en ocho jornadas, el club cobisano está «con los pies en el suelo» porque «en cuanto tropecemos en un par de ocasiones, los rivales se nos echan encima». Es más, Soto considera que «a partir de ahora, cada vez será más difícil mantener la imbatibilidad porque todos los equipos querrán ser los primeros en derrotarnos y así ostentar ese honor».
Además, entiende que a un partido de hacer bisagra con la segunda vuelta, «todos están mirando la clasificación, ya que nadie quiere quedarse entre los cuatro últimos; hay muchos descensos». Ése es el primer objetivo del Cobisa FS, «meternos entre los cuatro mejores para garantizarnos una temporada más en Tercera División», asegura el entrenador. A partir de ahí, todo lo demás será un regalo, pero el futuro se ve «muy complicado» en el cuadro amarillo al tener que competir «con clubes con mucho presupuesto», en referencia a los del Grupo 16-B. «Pensar en eso es ahora mismo no una utopía, lo siguiente», dice.
Por eso, Quique Soto es partidario de aprovechar el momento y sacar partido a la situación. No ven vano, la ventaja con el segundo les permite «enfocar los entrenamientos a pulir detalles de cara a lo que nos vendrá en los próximos meses».
Preguntado por el secreto del éxito, el técnico lo coloca más allá de tener una buena plantilla. «Además de contar un buen cuerpo técnico, se debe contar con una instalación que se pueda usar casi siempre e intentar crear un club lo más profesional posible», cuenta Soto, que ve ahora mismo al Cobisa «como un club de Primera División pero en Tercera». Ese trabajo que se realizó el verano era necesario «para convencer a los jugadores que venían a un sitio serio».
A partir de ahí, lo demás ha venido por añadidura, como el aumento de la masa social. Son pocos los huecos libres en el pabellón Municipal los sábados de partido e, incluso, en la última jornada se quedó gente sin entrar en la cita frente al Águila FS. «Todo esto se ha hecho en poco tiempo y tenemos que seguir trabajando», concluye Soto.