Proyecto de intervención comunitaria y de mediación intercultural. Suena etéreo. Suena casi a uno de esos proyectos sustentados en palabras grandilocuentes. Pero parece que la efectividad es real con el plan puesto en marcha en 2014 en el barrio del Polígono con el liderazgo del Ayuntamiento, la financiación de la Fundación la Caixa y la implicación de casi todas las entidades y asociaciones que juegan algún papel en el barrio, además de las administraciones públicas. «La inclusión está siendo una realidad con acciones y hechos y sin necesidad de reales decretos. Nuestro colectivo está siendo escuchado y estamos participando en todas las actividades en el barrio del Polígono». Estas fueron las palabras de la presidenta de la asociación Down Toledo, Trinidad Escobar, que participó en la mesa de seguimiento del plan en representación de diferentes entidades sociales como  la Asociación de Ayuda a la Parálisis Cerebral (Apace), la asociación de Salud Mental y Cáritas.

Escobar insistió en la idea de que el proyecto funciona. «Aquí la inclusión es con mayúsculas porque nuestros chicos son uno más, no ven diferencias en las actividades y sus familias están participando», recalcó, destacando que esta es «una manera muy bonita de hacer visible la invisibilidad que sufren colectivos como los de discapacidad». La presidenta de Down Toledo planteó la posibilidad de que este proyecto se extiende a otros barrios.

Junto a Escobar se encontraba el subdirector general de la Fundación la Caixa, Marc Simón, quien destacó que la entidad financiera está promoviendo proyectos similares en una treintena de territorios del país, haciendo una valoración «muy positiva» del trabajo en Toledo. «Interculturalidad quiere decir la participación de todos los que componen el barrio, que todos son escuchados y se sienten escuchados, que todos explican lo que piensan, fomentar el sentido de pertenencia», destacó.

La inclusión es realen el Polígono - Foto: Yolanda LanchaPor su parte, el concejal de Servicios Sociales, Javier Mateo, apreció que «la diversidad es una oportunidad y nunca debería ser un problema», y destacó el volumen de actividades en el barrio promovidas y elegidas entre todos los que lo integran.

El edil  indicó que este proyecto de intervención comunitaria tiene que ser el germen de un Plan de Convivencia Municipal que no se quede en el barrio del Polígono sino que se extienda al resto de zonas de la ciudad con un bloque de medidas para aplicar en los próximos años. El edil quiere implicar a todas las entidades sociales, culturales y ciudadanas con el objetivo de elaborar un proyecto de convivencia real.

En cualquier caso, el proyecto está en pañales dado que el edil confesó que aún no ha arrancado su redacción y que será en 2019 cuando empiecen a trabajar en la idea, convocando a los colectivos y echando a andar. «Queremos que sea una realidad, que no sea un manifiesto, que no sea una papal».

Tampoco tiene claro el presupuesto con el que contaría este plan, esencial a la hora de aplicar medidas efectivas, pero sí dejó claro que se trata de una iniciativa transversal que debe implicar a todas las áreas de gobierno. «Esto no es que servicios sociales aporte un presupuesto», reflexionó.

Lo que sí tiene claro Mateo es que el futuro de las ciudades tiene que ir por este camino, el de las decisiones comunitarias y la convivencia pacífica, basada en el compromiso y en que todos se sientan parte de algo. «Se acabaron los chiringuitos», recalcó el concejal.