La cremación emerge como alternativa a la sepultura

Alvaro de la Paz
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Alrededor del 40% de los sepelios en Toledo se realizan por incineración

La cremación emerge como alternativa a la sepultura - Foto: Yolanda Lancha

El enterramiento pierde terreno frente a la pujanza de la incineración. La eclosión de esta práctica es palpable desde hace años, más si cabe en aquellos núcleos urbanos con mayor población. Una conjunción de factores explica la apuesta creciente por la cremación: la alternativa despega por su menor coste, el reducido impacto medioambiental y la debilidad del vínculo entre el emplazamiento definitivo de los fallecidos y los lugares de residencia de sus descendientes. En Toledo, la proporción de incineraciones respecto al total de sepelios alcanza el 40%, según las cifras que aportan los Servicios Funerarios San Román, líderes en esta actividad en la provincia. La diferencia entre las dos modalidades, entierro frente a cremación, se estrecha cada año. La ratio actual apunta a que se vienen celebrando seis de los primeros por cuatro de las segundas.

José María San Román, responsable de la funeraria que lleva su apellido y que acumula casi dos siglos de historia en Toledo y la provincia, lleva constando este aumento año tras año. Tal tendencia es una de las más sobresalientes en el sector. El empresario alude a la conciencia ecológica entre la ciudadanía como una de las causas que se sitúan detrás del auge de la incineración. Tal vez sea esta la primera, incluso por encima de la que alude al menor coste económico que tiene el proceso posterior al fallecimiento en una urna que en un nicho o una tumba. El cuidado por el medio ambiente es una preocupación que se ha imbricado en la sociedad. Los eventos funerarios responden a esta demanda con productos adaptados. «Tenemos cajas ecológicas y un proceso respetuoso con el medio ambiente que tiene un seguimiento por parte de las administraciones públicas», cuenta San Román.

El crecimiento de la incineración se observa tanto en la capital regional como en los municipios que integran la provincia, aunque en las zonas más urbanas la proporción de cremaciones es más elevada. Su coste se sitúa, según los datos ofrecidos por la compañía líder en Toledo, en los 445 euros. Por su parte, el entierro en un nicho alcanza los 540 euros –más el precio de la lápida, otros 400 euros más–, mientras que la compra de una sepultura se estima en alrededor de 3.700 euros. La adquisición de este terreno otorga al propietario su derecho de uso durante 75 años. Después de hacerse con la parcela, el poseedor ha de cargar con el coste de revestimiento, cuya cuantía se eleva por encima de los 6.000 euros.

«Las cenizas, además, no ocupan cuerpo: se ponen a un lado en tumbas o nichos», arguye San Román. Las peticiones que reciben para la prestación de este servicio han disparado el uso del crematorio con que cuenta el cementerio de Toledo. «A partir de 2020, nos gustaría poner un segundo incinerador para que haya dos hornos».