29 años de la ultima plaza de toros de Toledo

Dominguín
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Diputación de Toledo, inauguró el 14 de abril de 1991, una plaza de toros en la finca La Bastida, con unas instalaciones modélicas. Se construyó en menos de 2 meses con la colaboración de empresas de la provincia que aportaron su granito de arena

Las instalaciones en la actualidad son de las mas completas de España. - Foto: Dominguín

Cuando llegan noticias de que los alumnos de la Escuela Taurina de Toledo, van a cambiar de sede de entrenamiento, se cumplen 29 años desde que se inaugurara la última plaza de toros construida en la ciudad de Toledo.

Un proyecto llevado a cabo por Mariano Díez, como presidente de la entidad que tenía la función de trasladar a los alumnos desde el coso de Mendigorría a un centro de educación taurino, amparado bajo un patronato y con una voluntad de ser lugar de formación de los nuevos toreros de nuestra tierra. Para ello se volcaron la Diputación de Toledo, que puso parte del suelo de la finca ‘La Bastida’, amparado de la Junta de Castilla-La Mancha presidida por José Bono, el Ayuntamiento de Toledo, bajo el mandato de José Manuel Molina, y la Caja de Toledo que aportó un millón y medio de pesetas de la época (9.000 euros) para el proyecto.

Una vez tomada la decisión de construir el coqueto coso, una delegación se trasladó a Salamanca, para ver el funcionamiento de un patronato similar que estaba dando sus frutos dirigido por la Diputación salmantina. En aquella época, las instalaciones de la Escuela de Toledo eran modélicas en toda España, punteras, con un recinto propio dedicado única y exclusivamente a la doctrina del toreo.

Primer paseíllo en la plaza de ‘La Bastida’.Primer paseíllo en la plaza de ‘La Bastida’.Aprovechando la falda de un cerro, y protegido de la visibilidad que da el paso de la carretera por su lado, se desmontó la mitad del monte con la maquinaria pesada de los Hermanos Plaza, que de manera gratuita hicieron ese trabajo a la Diputación. A partir de ahí, muchos empresarios de la provincia se volcaron con la donación o suministro a precio coste de los materiales necesarios para su construcción. Los ladrillos los facilitaron varios ceramistas de la comarca de la Sagra, el cemento necesario fue aportado por la empresa ‘Hormigones Toledo’, que estaba dirigida por el toledano Gabriel Ledesma.

Construyó el coso, con el graderío y los corrales la empresa constructora de Santiago Lerín, echando todo el tiempo necesario para su inauguración en la fecha prevista. La COPAT de la Diputación de Toledo que estaba dirigida en esa época por Jesús Gómez Jara, se encargó de la pintura, de los burladeros de madera que se usan para guarecer a los toreros con los logotipos que los identificaban, y de los hierros en cerámica que circundan el ruedo con los anagramas de los ganaderos de bravo de la provincia, cuando el ceramista toledano Sanguino era uno de los profesores de la escuela de oficios provincial.

Esa mañana del 14 de abril de 1991, fría, amenazante de lluvia, en la que se cumplían 99 años del nacimiento de Juan Belmonte, más de 500 personas no quisieron perderse esta cita tan especial. Ese día en el que se le daba categoría a la Escuela Taurina de Toledo, dirigida por Gregorio Lalanda, de tener unas instalaciones propias y exclusiva para la enseñanza del toreo a los nuevos valores de la provincia. Por el cerro subió la banda de música de Gálvez haciendo sonar los acordes del pasodoble ‘Amparito Roca’, que amenizó después todo el tentadero. El alcalde de Gálvez, José Gómez Cabezas, por entonces diputado provincial, llevó gran parte del peso y la organización de que todo saliera bien, hasta la parrillada con productos de su localidad con la que se agasajó a todos los asistentes tras el acto.

La banda de Gálvez amenizó el acto inaugural.La banda de Gálvez amenizó el acto inaugural. - Foto: La TribunaHaciendo de maestro de ceremonias el periodista José Ponos, se corrió una bandera de España que dejó ver la inscripción que rememora esa fecha en la historia de la tauromaquia que reza así: «Esta plaza de toros fue inaugurada el 14 de abril de 1991, con el patrocinio de la Excelentísima Diputación Provincial de Toledo, para el desarrollo de las enseñanzas de la Escuela de Tauromaquia y el auge de la Fiesta Nacional».

El acto corrió a cargo del propio presidente de la entidad, Mariano Diez Moreno y José Luis Serrano en representación de Caja Toledo, pues debía haber estado Juan Molero Pintado, director general de la entidad bancaria fallecido tan solo 12 días antes en un trágico accidente de tráfico.

Actuaron esa mañana ante vacas de Paco Medina y Herederos de Domingo Martín Peñato los siguientes alumnos, ‘Barguitas’, David Zamorano, Víctor Muñoz, Luis Muñoz, Eugenio de Mora, José Montes, Ángel Alonso y Tomás López. A partir de ese día, y hasta hace poco tiempo, el coso de ‘La Bastida’ ha sido utilizado de manera continuada por los alumnos y profesores para la formación, llegando en algunas ocasiones a llevarse animales para demostrar lo aprendido de salón. Las instalaciones, también han sido utilizadas por varios colectivos a los que cedió la Diputación provincial la plaza, para realizar encuentros y capeas que eran siempre un éxito por lo cómodo y cercano con la capital regional.

Mariano Díez era el presidente de la Diputación.
Mariano Díez era el presidente de la Diputación. - Foto: La Tribuna
Ahora, con el traslado de la función didáctica a otro lugar, no habría que dejar que cayera en desuso y el olvido, manteniendo esta obra que ha ido afianzándose y dotándose con mayores y mejores instalaciones, que son de las mejores de una Escuela Taurina en el panorama nacional.