La provincia de Toledo crecerá en 8.140 habitantes hasta 2035. Si la pandemia lo permite. Este es al menos el cálculo que ha realizado el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de su último estudio de proyección de población, un método para ver la evolución de la población del país en el caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales. No sabemos el impacto que el coronavirus pueda tener en estos datos proyectados a largo plazo, pero lo cierto es que en Toledo se estima que la provincia pasará de los 699.194 habitantes con los que cuenta actualmente a 707.334.

Se trata de un crecimiento del 1,16% de la población en un margen de 15 años. El dato puede parecer insignificante, pero lo cierto es que mantener un crecimiento ya es una buena noticia dentro del panorama de descenso demográfico que se vive en otras regiones, muchas de ellas de la misma Castilla-La Mancha.

Y es que, no es que Toledo no deje de crecer, es que además lo hará de forma paulatina durante los próximos quince años, sin ver truncada su evolución.

La media de crecimiento de la provincia está por debajo de la estimación nacional, que es de un 2%, pero mucho más positiva que el crecimiento relativo que experimentará el cómputo global de la región, ya que el INE calcula que Castilla-La Mancha tenga una evolución negativa, perdiendo el 3,3% de su población.

Esta caída tiene su origen en que hay provincias, como Ciudad Real, que van a sufrir un importante varapalo demográfico de aquí a 2035, reduciendo en un 10,5% sus habitantes. 51.744 vecinos respecto a la población que contabiliza para este año. Sólo dos provincias de la región aumentan sus habitantes, una es la citada Toledo y la otra Guadalajara, con un 5,7 por ciento más de vecinos fruto de su cercanía con Madrid y el impulso del Corredor del Henares.

La clave de la mejoría poblacional de Toledo está en su crecimiento vegetativo. La diferencia entre el número de fallecidos y de nacimientos se invertirá con el paso de los años, pasando en 2035 a un saldo positivo del 1,5 por ciento cuando en el presente año la provincia se encuentra en negativo, con un -0,4%. Todo, eso sin, sin computarse los datos de la pandemia, que seguro que reajustarán las cifras.

De lo que no se va a librar la provincia en los próximos años es del envejecimiento paulatino de su población. En la actualidad, el 18% de los toledanos cuenta con 65 o más años, mientras que con el transcurso de los años ese porcentaje de la población pasará a ser el 25% que el INE estima en 2035.

Así las cosas, los  datos  publicados la pasada semana por el Instituto Nacional de Estadísitica solo actualizan las proyecciones de población realziadas en 2018 que comprendían hasta 2068, cuyos resultados pueden ahora variar, y mucho, por el coronavirus.