Consuegra seduce a cientos de miles de visitantes cada año por la silueta de los molinos de viento y el castillo en el cerro Calderico. Una imagen icónica que engancha a turistas de todo el mundo. Pero esta localidad manchega de 10.000 empadronados alberga unos restos más desconocidos pero fascinantes a unos cuatro kilómetros del núcleo urbano, en dirección hacia Urda. Se trata de una presa romana que forma «una pieza más del puzle histórico», según afirma el encargado de la oficina de turismo, José Manuel Perulero. Tanto, que el Ayuntamiento planea una ruta de senderismo hasta el paraje, en plena demanda de actividades al aire libre.

La quinta campaña de excavación en la presa comenzó el pasado día 10 y se extenderá durante un mes con la ayuda del plan de empleo del Ayuntamiento. Los restos evidencian dos fases de construcción: una alto imperial del siglo I al III d. C. y una reforma posterior del IV al V d. C.

El codirector de las excavaciones Rafael Caballero destaca lo bien conservado de estos restos arqueológicos con 16 contrafuertes únicos en Europa. «No se le ha dado mucha publicidad. Se le conoce poco», apunta el representante de la empresa ‘Nuevas arqueologías’, quien desempeña la campaña junto con Diego Rodríguez, Ángeles Crespo y Miguel Díaz, los tres de ‘Cota 667’.

Declarada Bien de Interés Cultural, la Diputación Provincial presume de las condiciones de la presa romana: «A una potentísima cimentación hay que añadir una serie de contrafuertes que reforzaban los muros en los puntos donde el agua podía ejercer una mayor presión y así evitar que el recurso embalsado se desbordara». Y apostilla: «Como decíamos, toda una obra de ingeniería que todavía hoy sorprende por la precisión y los preparativos necesarios para llevarla a cabo».