La historia se abre paso en el entorno del Guadiana

Hilario L. Muñoz
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El regreso de las excavaciones arqueológicas, tras el año en blanco del COVID, deja tres equipos de investigadores que analizan la vida de los habitantes de la zona desde el Paleolítico hasta la Edad Media

Ignacio de la Torre muestra uno de los sílex encontrados en la zona de Albalá durante esta campaña. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Cerca de Ciudad Real se excavan tres yacimientos que dan fe de que el Guadiana es un río de vida, habitados por homínidos y hombres desde el Paleolítico Inferior. Se trata de una historia que lleva tiempo descubriéndose por la UCLM en su parte medieval e íbera en Alarcos, pero también junto al río, en terreno de Poblete, donde se excava Albalá, un yacimiento del Paleolítico Inferior. En esta recta final de agosto todos comenzaron a abrir esa historia guardada junto al Guadiana, tras el año en blanco que supuso el coronavirus para las excavaciones. «Estar cara a cara con un yacimiento arqueológico es lo más importante para un estudiante», señala Elena Castillejo, una alumna que participa en esta campaña. 

«En el yacimiento de Albalá venimos trabajando desde el año 2016», comentó Ignacio de la Torre, investigador del CSIC, quien junto a Alfonso Benito y Davinia Moreno, del Cenieh, dirigen los trabajos. «Estamos realizando sondeos de control para ver los límites del yacimiento» y eso incluye «prospecciones por todo el valle para comprender cómo era el paisaje», señaló el geólogo Alfonso Benito. En el trabajo en Albalá se busca datar de forma «exacta» los restos con una técnica de radiología, ya que el carbono 14 no sirve. Se utiliza una técnica novedosa que permite datar los restos de la Resonancia Paramagnética Electrónica, que se basa en la radiación natural, para lo que se toman muestras y se analiza el cuarzo. Un análisis que se conocerá en próximos meses. Las excavaciones son posibles, como todas, gracias a la financiación de la Junta de Comunidades y en este caso están apoyadas por el Ayuntamiento de Poblete y los propietarios de la zona.  

Poner límites al yacimiento de Albalá 

«En esta campaña hemos continuado excavando en la trinchera principal y hemos realizado varios sondeos para ver la limitación de los materiales». Este es el objetivo que tiene el equipo del CSIC y Cenieh en un yacimiento casi único: es el primero en que se encuentra material del Paleolítico Inferior en su posición estratigráfica en la provincia. Suele haber «restos arqueológicos en superficie», recordó Ignacio de La Torre, pero con la estratigrafía se puede «reconstruir la cronología y el ambiente». La intención es documentar las poblaciones de los homínidos en un yacimiento con más de 200.000 años, una época en la que había animales como elefantes de gran tamaño, que convivieron con el Homo Heidelbergensis. Sus restos humanos no se han encontrado, no suelen aparecer en estos yacimientos al aire libre, aunque sí «los utensilios y las herramientas que usaban en sus actividades». «En 2021 hemos encontrado una ocupación un poco más antigua, en la cata principal», por lo que se puede afirmar que «hay más de una ocupación». De hecho, al menos hay tres períodos en que hubo homínidos en la zona. Igualmente se ha querido limitar el yacimiento, haciendo catas, donde hay mucho material arqueológico conformado por sílex, huesos de animales,... Se trata de materiales líticos realizados en piedras de la zona, por lo que también hay de basalto, al ser suelo volcánico. 

La tumba doble descubierta este año en el yacimiento almohade de Alarcos.La tumba doble descubierta este año en el yacimiento almohade de Alarcos. - Foto: Tomás Fernández de MoyaMientras, en Alarcos colaboran investigadores de la universidad regional, de la Autónoma y la Complutense. De una parte, Rosario García, Javier Morales, David Rodríguez y Pedro Naranjo se encargan de la parte íbera, que este año tiene 12 estudiantes y, de otra, Antonio de Juan y Diego Lucendo, se ocupan de la medieval, con siete. Los primeros siguen indagando en un hallazgo de hace años, un suelo enlosado, que se pensó podría ser una calle, y ahora se descubre más como «una plaza o un patio», explicó García.  A esto se suma un estudio de I+D, realizado junto a la UAM y la Universidad de Lisboa, para analizar la arquitectura ibérica. Se trata del proyecto investigador de Humanidades mejor evaluado en España y en él se reivindica la «puesta en valor» de esta zona.  Mientras en la parte medieval se quiere responder a algunas cuestiones surgidas en el año 2019 en el cementerio almohade.  «En arqueología tener un cementerio completo como este es un lujo», afirma De Juan. Las conclusiones de estos trabajos supondrán cerrar las investigaciones, saber cómo se desarrolló y plantearse si se podría excavar entero. 

Musealizar 20 años de excavación íbera

«El objetivo es delimitar el enlosado para ver la extensión y su funcionalidad», explicó la investigadora Rosario García, quien recuerda que en la zona siguen apareciendo objetos como piedras de molino o una punta de hierro que dejaron atrás los íberos cuando abandonaron el poblado. Los investigadores llevan 20 años excavando y, tras editar un libro se plantean si es posible musealizar la zona íbera, para incluirla en la visita a Alarcos. «Hemos excavado una zona amplia», pero no es visitable, explicó Rosario García. Por su parte, Javier Morales recuerda que se ha trabajado con el apoyo de la sociedad, con ayuda de la Junta, y debe ser devuelto a ella. «De cara a próximas campañas no hay solo que seguir excavando, sino ir consolidando y hacer comprensible este yacimiento al público», explica. «El patrimonio hay que investigarlo, pero tiene que ser entendido por la sociedad», resumen los investigadores. 

Vida y muerte antes de Alfonso VIII

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Dos de los integrantes del grupo medieval en una de las tumbas almohades.
Dos de los integrantes del grupo medieval en una de las tumbas almohades. - Foto: Tomás Fernández de Moya
El grupo de la zona íbera trabaja en la zona cercana al enlosado, tratando de reducir el nivel del suelo, aún en la parte medieval, para llegar a la zona de suelo de la Edad del Hierro.
El grupo de la zona íbera trabaja en la zona cercana al enlosado, tratando de reducir el nivel del suelo, aún en la parte medieval, para llegar a la zona de suelo de la Edad del Hierro. - Foto: Tomás Fernández de Moya

En la parte medieval de Alarcos, esta campaña, como ya ocurriera en 2019, sigue centrada en el cementerio almohade. Se trata de una zona situada fuera del castillo y que todo apunta fue cementerio antes incluso de la llegada de Alfonso VIII, antes de la batalla de Alarcos. Hasta ahora las tumbas aparecidas correspondían a la dotación que el ejército almohade dejó al cuidado de la fortaleza tras ganar la batalla, pero hay una zona excavada este año que apunta a que lo que hicieron fue dar continuidad a un cementerio previo. «Es posible que tuviéramos un cementerio», explicó Antonio de Juan. «La obra de Alfonso VIII es tan grande que quitó la obra islámica anterior», de ella se conoce poco y, por este motivo, sería importante encontrar sus tumbas. En el yacimiento han aparecido enterramientos de niños, tumbas dobles donde aparece hasta una construcción, casi un sarcófago en el fondo, macabrillas y objetos.