El incremento de matriculación en los colegios rurales agrupados (CRA) de Castilla-La Mancha con respecto al curso pasado es de un 0,53%. Los incrementos más significados de matriculación se han experimentado en zonas limítrofes a la Comunidad de Madrid, según han informado a Europa Press fuentes de la Consejería de Educación. Concretamente, en la provincia de de Toledo este incremento ha sido de casi un 4% (41 matrículas en términos absolutos).
Algunos directores de centros rurales agrupados achacan este incremento al cambio de mentalidad que ha provocado la pandemia en muchas familias. Muchas han decidido instalar su residencia habitual en un pueblo y matricular allí a sus hijos. Precisamente, muchas de ellas han aprovechado la irrupción del teletrabajo durante el confinamiento para poder dar ese paso.
La gran mayoría de los nuevos matriculados proceden de núcleos urbanos y sus familias vienen buscando una escuela donde haya menos niños y huyendo de la pandemia, ha afirmado la directora.
Aunque a estas escuelas rurales también les afecta la pandemia porque «nadie está libre», explica la directora de un centro en la provincia de Cuenca, es cierto que en estos centros «hay menos niños y hay más espacio». «Los niños no están hacinados y tenemos espacios grandes» y además pueden disfrutar de la naturaleza.
«La pandemia nos ha afectado como cualquier otro centro» y han tenido que poner en marcha medidas de distanciamiento, cambiar rutinas, los niños han dejado de compartir material y hay algunas actividades que se han tenido que suspender, ha subrayado.
La directora CRA ‘Río Tajo-José Manuel Oviedo’ de Alcolea del Tajo, Carla Gil, ha explicado que en su centro hay 65 alumnos dividido en tres secciones (Alcolea de Tajo, Aldeanueva de Barbarroya y Bercial). El número de matrículas ha aumentado este curso, sobre todo en las secciones de Alcolea y Aldeanueva. La más llamativa es en Alcolea, que el año pasado contaba con 11 alumnos y este año tiene 24, más del doble.
Según ha comentado, la mayoría de las nuevas familias que se han matriculado este curso han trasladado al centro escolar que han decidido instalarse en estas zonas rurales por la pandemia. «Hay muchas familias de Madrid» que han decidido instalarse en casa de los abuelos y otras que tienen casa y teletrabajan desde allí.
Ha explicado que todas las clases del centro son amplias y los patios son «enormes». «No hemos tenido problemas de espacio», ha dicho la directora, aunque sí ha reconocido que han cambiado algunas rutinas como las entradas a clase para evitar los corrillos y otro tipo de cuestiones.
UNA ENSEÑANZA «DE LUJO». Gil ha reconocido que son muchas las personas que desconocen lo que es un colegio rural agrupado. Hay muchas cosas positivas, ha apuntado, porque hay clases entre siete y diez alumnos. «Cualquiera que piense un poquito, son clases particulares», ha señalado la directora de la escuela de Alcolea, quien ha aseverado que es una enseñanza totalmente individualizada. Además, ha indicado, que el alumno de 1º que «lo capta todo» está viendo lo de 2º y lo de 3º, por ejemplo.
Mientras que el niño que tiene alguna dificultad repite y está afianzando constantemente los conocimientos porque en clase se están repitiendo, ha manifestado. Cuando llegan al instituto, son alumnos que están preparados, y además tienen paciencia y saben trabajar solos, ha enfatizado. «Es un lujo» este tipo de enseñanza, ha concluido.
En la actualidad, en Castilla-La Mancha hay 77 Escuelas Rurales Agrupadas (CRA). En la provincia y en los dos últimos cursos, la Junta autorizó la continuidad del colegio Montesclaros, un colegios con menos de cuatro alumnos, manteniendo la oferta educativa a las familias y Ayuntamiento que así lo habían solicitado. También cabe reseñarse la apertura de un nuevo colegio público en Cabañas de Yepes para el curso escolar 2020-2021. El CEIP consta de una unidad de Primaria con ocho estudiantes. Esta apertura implica a su vez la contratación de dos maestros.