El edificio en ruinas ubicado entre los paseos del Muelle y la Estación ya es historia. Después de poco más de un mes de trabajos de demolición, primero a mano y posteriormente ayudado por maquinaria, y justamente antes de la paralización de la construcción, el inmueble ha sido derribado dejando ahora una imagen completamente diferente en un simbólico punto de la ciudad.

En la última semana se procedió a tirar la estructura de las dos plantas  inferiores que, según explicó a este diario el arquitecto director de los trabajos, Carlos Rojo, supuso la retirada de algunos muros y se repuso la parte de mobiliario urbano que se ha podido ver afectada en el proceso de demolición. Del mismo modo, se ha limpiado el solar transportando los escombros al punto de reciclaje que permanece abierto y tras ello, se ha cerrado el solar.

Rojo indicó que los trabajos realizados para derribar este edificio han sido «muy complicados», ya que en su interior se reunían estructuras de diferentes materiales, entre ellos hormigón o metal además de imponentes cubiertas de madera, lo que ha dificultado las labores de demolición, iniciadas a finales de febrero.

El derribo de este edificio, deshabitado desde hace más de 15 años, se ha llevado a cabo con orden ejecutiva del Ayuntamiento tras declararse su estado de ruina. La falta de mantenimiento de las cubiertas, las goteras y humedades y la presencia de palomas con la carcoma que acarrean han sido las culpables del deterioro y posterior derribo de este inmueble, situado en un lugar muy transitado en las inmediaciones de la plaza de España. Este hecho, unido al deseo de evitar problemas en las calles y con los vecinos y garantizar la mayor seguridad, motivó que la parte superior se demoliera de forma manual y el resto ya con maquinaria.

El entorno del inmueble, el paseo que lo bordeaba, permanece aún completamente cerrado al paso de peatones aunque apenas tiene consecuencias debido al escaso paso de viandantes, decretado por el Estado de Alarma. Sobre esta obra, el arquitecto apuntó que los trabajos han sido «muy complicados», dado que se han encontrado estructuras de diferentes materiales, como hormigón, metal, madera, lo que ha dificultado las labores de demolición, que se iniciaron el pasado febrero. Los trabajos se han realizado finalmente sin apenas problemas para los vecinos, que han agradecido el  buen hacer de sus operarios.