Cubierta plana sin alegaciones

C.M. / Toledo
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La actuación de la Oficina Única del Greco y el Sefardí supone un importante impacto visual al sustituir la cubierta actual por una plana. Curiosamente durante el periodo de información pública -en 2016- no se presentó ninguna alegación

El edificio ya ha perdido sus significativas cubiertas. - Foto: Víctor Ballesteros

La singularidad de esta ciudad se torna desconcertante cuando ante una intervención de este calado -por lo que supone de modificación de la imagen urbana tradicional de la Judería- ni entidades, ni plataformas ni defensores del patrimonio manifiestan su opinión cuando se los ‘invita’. En este caso concreto, tal y como recoge la Comisión Especial de Patrimonio -reunida el 1 de marzo de 2016-, se acordó que «dadas las características del proyecto, éste tuviera tratamiento de esquema director y que, como tal, se sometiera a proceso de información pública. Curiosamente, no se presentó ninguna alegación, ante esta significativa ausencia, la Comisión informó favorablemente el proyecto.

Si bien es cierto que se realizó un apercibimiento por parte del Plan Especial del Casco Histórico de Toledo al proyecto referida a que la sustitución de la cubierta actual -por una solución plana- iba a requerir un análisis de impacto visual que justificara su implantación.

Y puesto que es la dirección de Patrimonio quien solicitó el informe preceptivo, consta en el expediente que en junio de 2015 se presentó un modificado de las cubiertas. Cambios que, en el proyecto nuevamente licitado, no se perciben porque se sigue manteniendo ese nuevo volumen edificatorio que recubre el existente.

En este punto, el proyecto señala que la fachada se plantea con el sistema de construcción tradicional a través de «una fachada de ladrillo macizo de color ocre, utilizado en algunas partes como celosía por la sustracción de algunas de las piezas». En cuanto a las fachadas históricas a conservar, añade, se procede a «la regularización de los huecos eliminando aquellos resultados de reformas anteriores que carecen de un valor arqueológico». A esta regularización se suma la recuperación de las rejerías desaparecidas de algunos huecos exteriores.

De hecho se justifica la actuación apuntando que es una ejercicio «consiste en preservar una arquitectura», para lo que se propone «un uso y una actuación que rehabilite la arquitectura.