Los niños inundan la campaña del alzheimer. Choca ver imágenes infantiles en una enfermedad que suele ir de la mano del envejecimiento, aunque no siempre sea así, pero esta iniciativa de ámbito nacional, financiada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, tiene claro que los pequeños de la casa pueden ser «potencialmente» enfermos de alzheimer dentro de 40, 50 o 60 años.

Con un eslogan llamativo, ‘la otra cara del alzheimer’, se ha puesto en marcha esta primera campaña de concienciación social en línea con el futuro Plan Nacional de Alzheimer que ha aprobado este mes el Consejo de Ministros y tanto alegra a los colectivos que apoyan a los enfermos y a sus familiares. En este caso, la presidenta de la Federación de Alzheimer de Castilla-La Mancha, Inés Losa Lara, considera que esta iniciativa «invita a reflexionar sobre lo que sabemos y a trabajar con mayor intensidad para que, en la medida de las posibilidades, impidamos que los niños de hoy puedan desarrollar la enfermedad en un futuro».

Las cifras son significativas. En Castilla-La Mancha hay unas 55.000 personas diagnosticadas con esta enfermedad, es decir, si se comparase con los habitantes de un municipio, «sería el sexto en la región, por delante de Cuenca».  El colectivo agradece la campaña y el apoyo de las administraciones, pero Losa Lara insiste en la necesidad «de invertir más en investigación biomédica y en investigación social y sociosanitaria mientras la primera no consiga un tratamiento que frene o acabe con la enfermedad».

La campaña no se centra exclusivamente en los enfermos de alzheimer, también en los cuidadores, ya que la mayor parte de ellos se sienten solos y sufren problemas «de sobrecarga y de desestructuración social y laboral».

El colectivo está satisfecho con ese reciente empuje en relación al Plan Nacional del Alzheimer, al que tiene que dotarse a nivel presupuestario todavía. A pesar de esta buena noticia, Losa Lara sostiene que hay que continuar tomando conciencia sobre una enfermedad que afecta también a la población adulta, ya que el «9% de los enfermos tienen menos de 65 años». Esta situación, en su opinión, debe invitar a las administraciones a poner en marcha distintos recursos que se adapten a estas personas que lo sufren y aún no son mayores.

En este sentido, desde la federación se tiene muy presente que la pirámide de población se está transformando «en una seta» porque cada vez  la esperanza de vida es mayor. La presidenta de esta federación -que aglutina a 33 colectivos en la región, 6.118 socios, 598 voluntarios y 278 profesionales- tiene claro que España será «el país con mayor esperanza de vida en 2040», con lo que tendrá que tener muy presente el avance del envejecimiento y de esta enfermedad tan cruel.

Al inicio de la campaña en la Vega han acudido representantes de todas las administraciones. Destacó la presencia de la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, que reservó parte de la mañana de su apretada agenda para acompañar a la Federación de Alzheimer en una jornada significativa. Aprovechó para destacar la puesta en marcha del Plan de Alzheimer tras su aprobación en el Consejo de Ministros e insistió en que las administraciones deben continuar invirtiendo y apoyando a los colectivos ligados al alzheimer, a los enfermos y a sus familiares para que puedan llevar la mejor vida posible dentro de las limitaciones y los problemas asociados a la enfermedad.

«Hay que conocer más lo que es», subrayó la consejera, y dio a entender que se trata de una patología muy desconocida todavía a pesar de la incidencia que tiene. En España hay diagnosticados, al menos, «un millón de personas», con lo que el tratamiento farmacológico y las ayudas sociosanitarias resultan fundamentales.

Sánchez aludió a la situación concreta que vive la región. Comentó que los datos que maneja la federación apuntan que en la región «unas 5.000 personas» se benefician de los distintos programas y recursos, como el de termalismo activo o el de promoción de la autonomía personal, pero reconoció «que todavía queda mucho camino en la atención de estos enfermos y de sus familiares» en una comunidad autónoma «con una gran esperanza de vida».