Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Quién somos y para qué

29/09/2021

Cuando un docente se pone delante de su aula, lleva una preparación previa en la que, se supone, ha reflexionado sobre unos objetivos, una planificación y unos contenidos adecuados para lo que quiere que sus alumnos consigan.
Cuando un médico o sanitario pasa consulta, lleva una formación y preparación para poder diagnosticar de manera adecuada qué ha de hacer y plantear para poder tratar a una persona con una dolencia.
Cuando un ciudadano adquiere una vivienda se encuentra con un habitáculo que ha diseñado un arquitecto que se formó para poder diseñar, y llevar a cabo la dirección y construcción de manera que satisfaga las necesidades residenciales de las personas que lo utilicen.
Pero en el sector turístico, ay, en eso valemos todos, porque como nos gusta viajar, pues ya podemos realizar diagnosis de un problema de carácter turístico, del mismo modo que sabemos solucionar los problemas de gol de la selección española de Luis Enrique, o demostramos como da los pases de pecho Morante, mejor que Talavante.
Es decir, todo el mundo vale para hablar del turismo. Pues no. Ya está bien. El sector precisa de profesionales con una formación adecuada para realizar una planificación, una gestión y un desarrollo que sea acorde con los destinos. De ese modo, se puede tratar de minimizar los impactos negativos que puede provocar este tipo de práctica. Pero igual que tiene impactos negativos los tiene positivos, y muchos. El problema es que la no planificación, la mala o nula gestión como la de Toledo supone maximizar los problemas. El Turismo es una práctica que ayuda a repercutir más y entre más sectores los beneficios de su actividad económica.
Igual que en patrimonio hay Arqueólogos, y debería haber más Restauradores; igual que en urbanismo hay Arquitectos y en Fomento hay Ingenieros, en Turismo ha de haber profesionales formados con el Grado en Turismo. El que se atreva a ostentar una responsabilidad en esta materia, más le valiera tener una buena experiencia laboral cercana al sector y/o formación especializada, para no hacer el ridículo.
El mercado turístico, ahora mismo, está para órdago a la grande. Ya no vale cualquiera que ponga buena cara y un ‘speech’ de argumentario, hace falta saber, porque hace falta vender nuestros destinos en más mercados.