Toledo se convirtió en la localidad pionera de Castilla-La Mancha hace dos años tras la puesta en marcha de la Ordenanza de Arte en la Calle, una normativa que regula las actuaciones en la vía pública, reparte espacios de actuación, fija  horarios estivales y de invierno, exige autorización administrativa a los artistas y prohibe el uso de animales, entre otras cuestiones.

Sin embargo, pese a la juventud de la ordenanza ahora cabría la posibilidad de modificarla en algunos puntos para limarla y adaptarla a las necesidades actuales.

En principio, la Concejalía de Cultura está abierta a dialogar y a retocar la normativa, puesto que cuenta ya con un periodo de rodaje de dos años. No es la primera vez que muestra públicamente esta intención, pero cualquier modificación de la ordenanza exige «el máximo nivel de consenso» como ocurrió hace dos años, ya que se aprobó con el respaldo de los 25 concejales de la Corporación.

«Estamos dispuestos a estudiar cualquier propuesta» que se presente para mejorar la ordenanza, con el objetivo principal de mejorar el texto actual. De momento, es pronto para concretar novedades, pero lo cierto es que la situación sanitaria ha obligado ya a modificar algunos aspectos para regular la actividad cultural en la calle con aforos máximos de 25 personas para garantizar la distancia de seguridad en el público. En este caso, se combina la prudencia y la necesidad de continuar ofreciendo cultura  en la calle para intentar normalizar al máximo el día a día a pesar de la pandemia.