El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, no quiso faltar a la presentación oficial de los actos para la celebración del IV Centenario de la muerte del Greco en el Museo del Prado, ya que suponía el pistoletazo de salida a un año lleno de actividades culturales y propuestas artísticas, en definitiva, el año del Greco. Wert quiso poner de manifiesto la forma en que las distintas administraciones «al margen de su color político», así como otras instituciones culturales independientes, la Iglesia y empresas colaboradoras «hemos puesto en común recursos y capacidades para dar cuerpo a esta conmemoración». Un consenso que quiso poner en valor el ministro como estrategia de cooperación y patrocinio público y privado «que es santo y seña de una política cultural moderna, preocupada por hacer más con menos y que piensa en la eficiencia más en el propio brillo de la institución que organiza las actividades» añadió Wert.

Por eso, el ministro resaltó los esfuerzos por «actualizar» la figura del pintor cretense, un pintor «cuyo legado sigue influyendo en todos nosotros», aseguró. «Un pintor visionario y libre entendido a medias», expresó, aunque ahora considerado universalmente como «un adelantado de la modernidad». Un pintor del que destacó su capacidad para reflejar el alma de España en sus retratos, que es lo mismo que decir el alma de Castilla-La Mancha o la de Toledo, «que supo acogerle», indicó.